El señor todopoderoso los aniquiló
por mano de una mujer.
Que no fue derribado su caudillo
por jóvenes guerreros,
ni le hirieron los hijos de los titanes,
ni sobervios gigantes le venieron.
Sino que fue Judit, hija de Merarí,
quien le paralizó con la hermosura de su rostro.
Se despojó de su ropa de viuda
por amor a los cautivos de Usrael.
Ungió su rostro con perfumes,
vistió de lino para seducirle,
prendió la mitra en sus cabellos.
Sys sandalias arrebataron a sus ojos,
su belleza cautivó su alma,
y la cimitarra segó su cuello.
Judit, 16: 7-11.
No hay nada en el mundo mas bello ni mas terrible que la mujer, son ellas las que conquistan paises tan facilmente como conquistan corazones. Los hombres decimos que somos el sexo fuerte, quiza sea asi pero ellas nos dominan solamente con el pensamiento. La historia de Troya y Helena se reproduce cada dia. Cada minuto un hombre se enamora de una mujer, y a partir de ese momento la mujer es dueña de ese hombre y sólo cuando ella quiere ese hombre es dueño de esa mujer. Un beso a cada mujer que me lee, sois todas maravillosas.
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