Dicen que los cuentos de hadas con cosas del pasado, pero hay gente que se niega a verificar esa frase, uno de ellos es Tim Burton.
Este director empezó a ser reconocido gracias a la película que toca comentar hoy, no por nada, es una de las mejores que haya hecho jamás.Y esto es por el bellísimo argumento de la película, que trata de un "monstruo" llamado Eduardo, creado por un científico en una mansión situada en lo alto de una colina que hay cerca de un tranquilo y vulgar pueblo. Este "monstruo" inacabado, porque tiene tijeras en lugar de manos, será descubierto por una encantadora mujer llamada Peg Boggs, que querrá llevarlo al pueblo para que viva entre la sociedad. Por desgracia, el pobre Eduardo verá que no está preparado para el mundo contra el que se tiene que enfrentar.
Como se puede ver, este argumento contiene similudes con el clásico de Frankenstein, sin embargo, la gran diferencia está en el enfoque de los sentimientos de la criatura, maravillosamente interpretad0 por Johnny Deep, en lugar de contar el dilema moral del doctor, como es en el caso del relato de Mary Shelley.La película es una metáfora de la sociedad actual, que es demasiado hipócrita y radical con aquello que se desconoce, todos persiguen sus propios intereses sin tener en cuenta a los demás.
El pobre Eduardo será aceptado en un principio como una novedad, como alguien fácil de manipular, tratarán de sacar provecho de sus peculiares manos y serán amables con él solo por puro compromiso.
En la película, aparte de todo esto, podremos ver un precioso relato de amor donde una bellísima Winona Ryder interpretará a Kim, la hija de Peg, que será el interés romántico del protagonista. Esta chica, aparte de su madre, serán las únicas que entenderán a la criatura y se darán cuenta de la crueldad del mundo, que rechaza lo extraño con la violencia. Todo esto será una experiencia para él, que no comprenderá nada de lo que pasa y llegará a enfurecerse por todo lo que le han estado haciendo. La película es magnífica, porque es fácil identificarse con el protagonista, cuyos primeros contactos con la sociedad y sus inventos (televisión, cama de agua, ropa, etc.) rozarán lo cómico, para luego pasar a un drama que tendrá un final bastante triste e inesperado y donde se alcanzará un clímax inquietante.Pero todo esto no sería lo mismo sin la prodigiosa ambientación de la película, los decorados están muy bien pensados y se acoplan perfectamente a lo que se pretende transmitir. Solo hay que ver el intenso contraste que hay entre la mansión del científico (oscura, extraña, inquietante, demasiados espacios vacíos y extraños mecanismos poco tradicionales) y el pueblo de abajo (todas las casas iguales, decoradas más o menos igual, vulgares, de colores vivos...) que ayudan a ver las diferencias de ambos mundos, uno que está totalmente recluido de la sociedad y la sociedad misma.
Tampoco hay que olvidar el vestuario y el maquillaje, en especial el del protagonista, que se queda grabado en la mente por ser el único personaje que destaca de los demás del pueblo, que no tienen nada en especial hasta que sus cabelleras pasan por las manos de este impresionante artista de las tijeras.
Cuando yo la ví, hace unos años, quedé verdaderamente impersionado, me dejó un malestar general cuando acabó impresionante, porque compadecía más a la propia sociedad en la que yo mismo estoy metido, que al llamado "monstruo", que me parecía mucho mejor. Además, quedé maravillado con la fantasía mostrada, con el sencillo mensaje que nos era transmitido de una forma tan efectiva como admirable. Si es que hasta los actores estaban impresionantes.
En fin, una película pura, transparente, que nos relata cómo puede algo pacífico e inocente ser considerado una amenaza cuando es al contrario. Una crítica de la sociedad, una preciosa historia de amor, una preciosa historia de fantasia.
Para mí, es la obra maestra de Tim Burton.
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