martes, diciembre 30

Cap: 936. 50 errores de mujeres en la cama.

Calentarle para, al final, no hacer nada: si no te apetece es mejor que no empieces. No le dejes con la miel en los labios.

Pensar que ciertas cosas sólo las hacen las prostitutas: no te reprimas. Si te apetece, todo vale.

Hacerse de rogar: el sexo "no es un favor" para ellos.

La falta de iniciativa: es lo que más les molesta.

No decir lo que te gusta en la cama: pídele lo que te apetezca, no seas vergonzosa. Pónselo más fácil y saldrás ganando.

Tumbarse y esperar que el hombre lo haga todo: algunos lo llaman "ponerse en modo pasivo" o "síndrome del examinador de autoescuela". Esto es cosa de dos.

No meterle mano: le gusta ver tu cara más atrevida. Lánzate.

Castigar sin sexo: no lo utilices como arma arrojadiza o moneda de cambio en la pareja.

Poner pegas con el sexo oral: él nunca lo haría.

No dejarle que te mire: él se excita viendo cómo disfrutas.

No innovar: si no te abres a probar cosas nuevas se acabará cansando.

No tocarle: a él también le gustan las caricias.

Negarse, por decreto, a practicar el sexo anal: están hartos de que sea un mito y se les considere

No utilizar las manos durante la felación: le gusta sentir que juegas con 'su cosita'.

Hacer comentarios que no vienen a cuento durante el coito: estar atenta a otras cosas como echar el pestillo de la puerta .

No estar depilada: no quiere que te rasures para él, pero sí la marca del bikini como mínimo.

Fingir los orgasmos: las exageraciones se notan.

Los complejos: el "me siento fea" no les deja concentrarse. Si se acuesta contigo es porque le gustas.

El pudor: él no sabe lo que es eso. Suéltate un poco más.

El 'hoy me duele la cabeza': un clásico. Cambia de excusa.

Decirle que apague la luz: hacerlo con la luz encendida no es pornográfico.
o
'Jugar' con sus testículos sin delicadeza: no son de goma.

Preguntar si 'está dentro': sin comentarios. Su autoestima dejará de existir.

Meterle el dedo en el ano mientras eyacula: ¡Ni se te ocurra hacerlo sin preguntar! Seguramente no sepa interpretarlo, para él es terreno vedado.

Creer y decir que todos los hombres son iguales: evita las generalizaciones. No le puedes decir a tu pareja que es como los demás.

Planificar cuándo y cómo hacerlo: darle fecha y hora le agobia. Déjate llevar y que surja el momento. No hay que tenerlo todo bajo control.

No usar lencería nueva: sobretodo si te la regala él. Un conjunto explosivo le dejará sin palabras. Olvídate de las bragas de dibujos animados.

Hacer daño con los dientes durante una felación: quizá no quiera volver a practicarlo.

Poner mala cara o quedarse en silencio cuando eyacula demasiado rápido: peor se siente él. Ten paciencia, la emoción a veces juega malas pasadas.

No comprar preservativos: él se los pone, pero os sirven a los dos.

Quedarse dormida antes o durante el acto: la primera puede molestarle, pero con la segunda se va de casa.

Ponerse a recoger todo nada más acabar: podéis hacerlo después.

Querer hablar por hablar después: si no es importante, déjalo.

No hacer "un esfuerzo" si terminas antes: tú lo tienes más fácil que él.

Comparar el tamaño de su pene con el de tus antiguas parejas: no lo hagas, aunque te lo pregunte.

Pensar que siempre tiene ganas: él no es una máquina sexual. A veces no le apetece.
Coger su pene con demasiada energía: no es una zambomba.

Irse un momento a hacer pis en mitad del acto: esto es como cuando te vas de viaje, hay que hacerlo antes.

No ponerle nunca el preservativo: ya se siente perjudicado respecto a ti por tener que ponérselo. Que no se sienta sólo en eso.

Quitarse el maquillaje "durante un buen rato" antes de hacerlo: conseguirás que pierda el interés o que se duerma.

No quitarse los calcetines: vale que el invierno es frío, pero es poco sexy.

Tener cosquillas por todas partes: al principio tiene gracia, pero luego desespera
Querer que te abrace demasiado: con un poco de cariño postcoital es suficiente.

Dar por supuesto que los pezones del hombre no sirven para nada: que no llamen la atención no quiere decir que sean de adorno.

No decirle cosas bonitas: dicen que los hombres no tienen sentimientos.

Preguntarle qué ha sentido: ya lo sabes.

Los 'pedos' vaginales: eso es inevitable.

Poner una toalla en el sofá para no manchar: si lo haces se sentirá cohibido.

Agarrarle con fuerza la cabeza mientras te hace sexo oral: a ti tampoco te gusta. Le ahogas.

Hacerse una coleta ante de practicarle sexo oral: puedes cortarle el rollo.

lunes, diciembre 29

Cap: 935. Los 50 errores de los hombres en la cama.

Ser demasiado bruto al tocar las zonas erógenas: el clítoris es mucho más complejo que el pene.

Saltarte los prolegómenos: ir directo al grano puede incomodar.
No lavarte antes del sexo: no hay que ser extremista, pero la higiene es fundamental.

Eyacular en su boca sin preguntar: tu semen no es un manjar.
Olvidar que su cuerpo espera ser tocado: que no falten las caricias. Saldrás ganando.

Intentar coaccionarla para que te haga sexo oral: es muy desagradable. Respétala.
Parar justo cuando ella no quiere que pares: lo estás haciendo bien. ¡Está disfrutando!.

No abrazarla después del sexo: haz que se sienta especial.
Intentar penetrar por detrás 'sin querer': el sexo anal llevo su tiempo y hay que hablarlo mucho. Tus excusas no servirán; el 'no me he dado cuenta' no se lo creería nadie.

Obviar las caricias: el segundo mayor órgano sexual de la mujer, sólo por detrás de la mente, es su piel.

Meterle un dedo en la vagina antes de que esté preparada: de impaciente profesional. Espera el momento correcto.

Pensar que el porno es verdad: la realidad es muy distinta.
El clítoris como primera opción: no es bueno despreciar los alrededores.
Caer en la rutina sexual: échale imaginación.

Eyacular demasiado pronto: ella debe terminar primero. Aún así, no hay muchos hombres que puedan durar lo suficiente para satisfacer a una mujer que disfruta de sus estímulos vaginales y del punto G.

Dejar que ella haga todo el trabajo: pon de tu parte y muévete un poco.
Intentar forzar su cabeza mientras lo hace: no te pases. Como mucho, sujeta su pelo.
Engancharse a sus pezones como un bebé: es divertido, pero antes hay que allanar el camino jugando con la areola y el resto del seno.

Jugar con su ano antes de que esté suficientemente excitada: mientras estimulas su clítoris y tienes un dedo en su vagina puedes pensar que alomejor le gusta que le toques ahí, pero puedes cortarle el rollo.

No hacerle caso después: pregúntale si le ha gustado.

No darle sexo oral cuando lo pide: no seas vago, es muy placentero para ella. Si no te gusta el olor o el sabor podéis ducharos juntos antes.

Eyacular sobre ella sin pedir permiso: es muy excitante, pero es mejor preguntar primero.

Perder el romance: el amor tiene que estar ahí.

Intentar meter tus dedos bajo su ropa interior antes de que esté preparada: no seas tan ansioso, es muy incómodo para ella.

Empujar demasiado fuerte: empieza con suavidad y la compenetración entre los dos dirá cómo seguís.

Esperar que se depile para ti: aunque te guste mucho, es cosa suya... y luego pica mucho.

Fotografiar o filmar vuestras relaciones: es peligroso porque das cierto poder a la persona que tiene las imágenes. Hay que estar muy seguros.

Eyacular sin control: si quieres ser un buen amante tienes que hacer un esfuerzo.
Tirar el condón al suelo: qué poco glamour. Su sitio es un clínex y luego la basura.
Besarla con brusquedad y sin sensibilidad: la pasión está bien, pero con calma.

El típico chupetón en el cuello: no recomendado para mayores de 16 años.
No limpiar después del sexo: todos lo que haya quedado sucio o revuelto debe volver a su estado de origen.

Ser torpe al desnudarla: concéntrate, quítate de la cabeza arrancar nada y no dejes de besarla.

Responder honestamente cuando te pregunta cómo era tu última amante: ella tiene que ser la mejor. Siempre.

Hacerlo sin afeitarte: quizá te sientas atractivo, pero pinchas.

Esperar que ella quiera hacer 'el perrito': darte la espalda mientras hacéis el amor puede hacerla sentir como un objeto sexual.

Preguntarle si quiere hacer un trío con otra chica: creerá que necesitas más. Que lo proponga ella.

Darle cachetes en el trasero sin saber si quiere: puedes acabar con una patada en tus partes.

Intentar reiteradamente y sin éxito penetrarla en la oscuridad: ella puede ayudarte, no seas vergonzoso.

Tumbarte sobre ella: no la aplastes.

Decir guarradas si no sabes si le gusta: un poco de lenguaje picante puede ayudar, pero consentido.

Sujetar su cabeza tampoco vale: no es tan bestia como el anterior, pero puedes agobiarla.

Eyacular o perder la erección al ponerse el preservativo: El primero es raro. El segundo, cuestión de práctica.

Quitarte la ropa de forma ridícula: recuerda que delante de tí hay otra persona. De lo cómico a lo patético hay una línea muy fina.

Lanzarse sin preguntar: no es cuestión de despreciar la sorpresa, pero hay que saber leer sus ojos.

Poner una película porno sin preguntar: muchas cintas dan una imagen sumisa de la mujer.

Pedir perdón por el tamaño de tu pene: ellas valoran más la sensibilidad a la hora de disfrutar.

Intentar copiar: hacerlo tal y como lo hacen en algún libro o película es poco original y no suele salir bien.

Gritarle al oído mientras eyaculas: prueba otro método y no des la nota.

Morderle el lóbulo de la oreja: crees que es sexy, pero puede que ella no piense lo mismo. Duele.

20minutos.es

sábado, diciembre 27

Cap: 934. Aniversario, Cof, cof.


CHENOA - VOLVERTE A VER.

Este no es el día que tenía planeado, hoy tenia que verte en directo, en persona y poder besarte en la estación. La mala suerte que nos caracteriza lo ha impedido. Por una vez que me pongo enfermo tiene que ser en estos días, No va a ser muy romántico despertarme para toser, si te tengo que despertar espero que sea por los mismos motivos que al ultima vez. El tiempo en Madrid tampoco acompaña demasiado, todo son excusas para intentar que estar tan lejos uno del otro en este día sea mas llevadero. Una semana resfriado me tiene encerrado en casa para ver si me curo tan rápido como siempre. Todo se tendrá que aplazar una semana, a la espera de tiempos mejores tanto para mi garganta como para la temperatura en Madrid.

Pero desde aquí puedo mandarte un millón de besos sin virus, en estas vacaciones lleno de antibióticos y jarabes, como dice cierta canción de mecano, aun con la nariz goteando te sigo queriendo y deseando que una pequeña parte de Valencia vuelva a Madrid.

Tendrán que esperar las tapas de los bares, las luces de navidad y los centros comerciales abiertos hasta las once de la noche, tendrá que esperar el sofá y la enorme cama, tendrán que esperar los besos, los abrazos y los suspiros. Tendré que esperar para sentirte a mi lado en la cama.

Besos de los nuestros en otro aniversario más, pero una tos que no me esperaba.

viernes, diciembre 26

Cap: 933. Odio mío.

Tiempos de amor pasteurizado, besos que ni rozan las mejillas y afectos de todo a cien. La calle se llena de enemigos íntimos con amigos invisibles, malabaristas del presupuesto entre nuestro propio debe y su temeroso haber.
El amor hace tiempo que es sólo un eslogan, la familia feliz un buen casting y cualquier tipo de aprecio ya lo encuentras limpio de toda ‘a’. Y a mí, entre tanto mariachi, cada vez me cae mejor la gente que sabe lo que odia y –sobre todo- cómo, cuánto y por qué lo odia.
Supongo que es porque estoy harto de la gente esa flower power que cree que lo importante es amar a todos en todo momento. Si no sabes odiar, cómo quieres que te crea cuando me dices que amas. Las monedas de una sola cara han sido, son y serán siempre falsas, por bonitas que sean.
Tampoco aguanto a los que etiquetan el odio como sentimiento a ocultar, reprimir e incluso aniquilar. Odiar es tan humano y natural como defecar, (no quiero escribir cagar, que queda feo), y por muy desagradables que sean sus resultados, no veo justificado tratar de suprimir actos tan sanos.
Por eso, lo digo con la boca bien grande. El odio hay que sacarlo todo, pero hay que sacarlo bien.
Para empezar, hay que pasarse un buen rato odiándose a uno mismo. Llámalo meditación, oración, iluminación o examen de conciencia, da igual. Pero el odio autoinfringido es algo así como una vacuna, que en su justa dosis es necesaria para el progreso, la protección y la evolución, aunque en exceso podría llegar a resultar letal. O como una lavativa, que ni gusta ni apetece, pero purga que da hasta gusto.
Seguramente no te valga de nada mi experiencia, pero sólo después de odiarme mucho he aprendido cuándo y cómo quererme bien.
Más tarde, hay que provocar ciertos odios y dejarse odiar por algunos. Yo, hay determinada gente que espero francamente que me odie. Si no, igual me podría sentir hasta decepcionado. Hablando del tema, este texto va dedicado a todos los que me odian (aunque te parezca mentira, alguno hay, a que es increíble). Porque jamás lo van a leer. Y a los que sí lo lean, también se lo dedico, por haber hecho algo tan estúpido como perder minutos voluntariamente con alguien al que odias, y por confirmarme así que tienen que seguir perteneciendo a ese selecto grupo.
Por último, siempre he creído que había que odiar un número determinado de cosas. Como mínimo, una por cada persona a la que se ame. De este modo, algo malo también nos abandonará el día en que nos tengamos que despedir de ella. No arregla nada, ni te hace sentir mejor, pero el resto de soluciones tampoco y allí están, escritas por todas partes.
Al final, lo que nos permite amar lo que queremos es lo lejos que nos encontramos de lo que odiamos. Lo que nos sienta mal de lo que nos pasa es lo que mejor nos define. Lo que más nos define, más nos molesta, es más real. Y la realidad, en definitiva, es como cualquier tipo de amor.
Molesta de cojones.

Por Risto Mejide

jueves, diciembre 25

Cap: 932. Feliz Navidad.

Sigo enfermo desde que el viernes comencé mis vacaciones de navidad, y como siga asi voy a tener que ir al medico... como no esta el horno para bollos no hay post pensado, solo feliz navidad con unos videos que representa lo bueno de estar vivo y los propositos para el año nuevo.


La Amistad, lo bueno que tiene esta vida.


EL TERRAT - Propósitos para el 2009

lunes, diciembre 22

Cap: 931. Sinceridad y Mentiras.


Los perros dormidos mienten - Tráiler español

En estas fechas en las que se acerca la navidad, fiestas familiares por excelencia esta genial encontrarse sorpresas como cierta película: Los Perros Dormidos Mienten. Película que cuando la vi estrenada en los cines pensaba que era una comedia tonta americana y ahora que la acabo de ver un 22 de diciembre mientras como descubro que es una pequeña comedia de humor negro:

“Hay que mentir a veces, estar a la altura de nuestras mentiras nos hace mejores personas”. Esa es la frase con la que finaliza la película.

Trata sobre las verdades y mentiras en las relaciones, en las personales, en las familiares, cuando hay que callarse, cuando hay que confesar. Una joven chica a la que se le declara su novio le confiese justo después que durante la universidad, a los 18 años, se la chupó a su perro. Ello causa un trauma en toda la familia, la madre, el padre, el hermano, el novio, todos reaccionan. No pienso contar mas la película, quien quiera que la vea.

Todo ello me lleva a pensar en al famosa frase de “en la ignorancia está la felicidad”. Lo que no se sabe no duele, cuando uno no sabe alto que le duela es imposible. En navidad, cuando las familias se unen en la mesa lo mas probable es que salgan las viejas rencillas, cuando se nota que tu tia te cae fatal, no aguantas a tu hermano, el cuñado te parece imbecil y todos y cada uno de la familia odia a otro miembro de familia. Quizá sea en estas ocasiones cuando mas tenemos que mentir, cuando mas sonrisas falsas tenemos que poner solo para que el ambiente no acabe en discusiones demasiado acaloradas respecto al ambiente invernal.

En las relaciones con nuestra pareja es algo parecida, la sinceridad es la clave del amor, pero demasiada sinceridad puede hacer que nuestra pareja nos mire de un modo que no nos guste en absoluto, todos tenemos un pasado, quizá un pasado que no nos guste contar y puede que a nuestra pareja, aunque se muera de la incertidumbre, no quiera saber.

Para acabar, sed buenos, tened cuidado con lo que confesáis en navidad y acordaros que nuestra sociedad no se cimienta en la verdad, sino en la mentira y el dinero. Lo del amor lo dejo para el día que esté romántico. Llevo 3 días de vacaciones con el mayor resfriado de todo el año, esa es mi suerte.

viernes, diciembre 19

Cap: 930. Qué se debe.

Jefe, qué se debe. Anda tráeme la cuenta. Te iba a pedir la dolorosa, pero me temo que en este caso, además de dolor, va a haber alivio.
Igual no nos viste, pero hace un tiempo entramos los dos juntitos de la mano, ella y yo. Yo que siempre cené solo en mesas de diez, esta vez no había hecho reserva, y ni mucho menos para dos. Elegimos esta mesa porque pensamos que era la más romántica, la más apartada, y la única en la que creímos no haber estado jamás.
Igual no te fijaste, pero vinimos con hambre de muchas cosas, dispuestos a apagar toda sed. El hastío nunca fue opción. Quedarse con las ganas no entró ni en el más barato de los menús.
Durante un tiempo, todo estuvo deconstruido, todo al revés. Comimos con los ojos, tocamos con los labios, y saboreamos con la piel. Nos encontrábamos en todos los turnos, por encima y por debajo del mantel, y no había quien se dejase recomendar. Sabíamos cuál era nuestro plato, en qué punto lo queríamos y hasta cuánto lo íbamos a degustar.
Pero no hasta cuándo.
Quizás por eso, recuerdo perfectamente el día en que ella empezó a pedir fuera de carta. El día en el que mi ensalada fresquita de manías se convirtió en un pesado empedrado de defectos. El día en que su revuelto de dudas leves se transformó en empanada mental.
Y entonces lo vi. Se había enamorado de mí porque deseaba a ese otro en el que pretendió convertirme. Como quien, a fuerza de ir, acaba exigiendo sushi en un mexicano, burritos a un italiano o paella en un japonés.
Fue estúpido tratar de entenderlo. Inútil tratar de saber por qué. Tranquilo, que no te voy a pedir el libro de reclamaciones. No es culpa de nadie. Simplemente pasó, y antes de que nos diéramos cuenta, ella preguntaba lo que comían las otras mesas, los dos bebíamos para no charlar y yo miraba los mensajes del móvil mientras intentaba disimular nuestra crisis de ganas de superar nuestra crisis.
Poco a poco, sin darnos cuenta, nos habíamos transformado en una de esas parejas que al principio mirábamos con mezcla de risa, miedo y pena. Ésas que sólo se hablaban para reprocharse cosas, ésas que transformaban cualquier ocasión en un silencioso y tenso cara a cara, cualquier lugar en una salida, cualquier invitado en un menos mal.
Ahora que ya todo me sabe a tarde, y todo me sienta peor, ahora ya todo me recuerda a un casino. Más importante que saber estar, es saber cuándo largarse. Aunque aquí, como ves, el último que se levanta, la paga.
Hazme un favor, descuéntame todo lo que jamás pedí y aún así tuve que tomar, como sus cenas familiares, sus reproches a mis mejores amigos y mis pajas nocturnas a la luz de la tele.
Tampoco me pongas lo que pedí y jamás me trajeron. Como esa vida juntos, esos planes hechos a mentira, esos hijos que tuvieron nombre mucho antes que existencia, esa casa unifamiliar que jamás hubiera podido pagar.
Descuéntame todo eso y dime cuánto te debo, que yo te lo pago.
Y no te preocupes si al final nada cuadra. No te me apures si pago de más.
Con el cambio, me haces otro favor.
Le envías una botella del mejor champán a los labios de esa mesa.

Por Risto Mejide

martes, diciembre 16

Cap: 929. Locura en el BBV.

Digamos que te llaman porque necesitan gente de forma inmediata para un proyecto de larga duración. Digamos que conoces gente alli y que parece la cosa fiable. Digamos que dices a compañeros/amigos tuyos que se marchen para allá contigo. Digamos que creas el mayor revuelo en el Santander en años para irte. Digamos que te vas junto con tus compañeros en Agosto. Digamos que en Diciembre de este año todavía no se ha recuperado tu exdepartamento de tu marcha. Digamos que vas al BBV en agosto y en octubre te dicen que quizá sobre gente en el departamento, que quizá te busquen otro proyecto en enero, que no saben dónde, ni en qué trabajarás, ni que pasará. Digamos que tu jefe de proyecto se mosquea contigo porque le pides explicaciones. Digamos que llega la intranquilidad para los que se fueron del Santander. Digamos que empezamos a buscar trabajo por nuestra cuenta. Digamos que descubres que un antiguo compañero tuyo del Santander no es tan buen compañero como parecía. Digamos que ese compañero se las ingenia para “robarte” un futuro puesto de trabajo. Digamos que la gente se marcha del Bbv debido a la situación. Digamos que el Bbv se mosquea porque la gente se va, aun sabiendo que no tenían proyecto en un par de meses. Digamos que demostrar su poder el Bbv quita las vacaciones a la gente que se va, hasta cuando faltaban 9 horas para irse. Digamos que la empresa que te ha contratado no te defiende en absoluto, prefiere quedar bien con su cliente. Digamos que el jefe de proyecto no te saluda en meses. Digamos que una empresa lider en informática y el famoso banco azul demuestran en ese departamento una falta de profesionalidad increíble. Digamos que el dios pagano Mithras queda en el Bbv como ultimo valuarte de los exSantander. Digamos que después de unas vacaciones le hare un corte de mangas a todos esos “profesionales”. Digamos que dentro de poco cambiare de departamento, de banco, o de trabajo. Digamos que han sido unos meses muy movidos para Mithras. Digamos que estoy deseando disfrutar de esas vacaciones. Digamos que solo faltan 3 madrugones para ello. Digamos que este mundo esta loco, a pesar de la crisis. Digamos que me voy a tener que lanzar a otro trabajo con una crisis en mi cara y una hipoteca a mis espaldas.

Digamos que la vida nunca ha sido ni será facil. Digamos que una valenciana que pronto me hará la visita de las navidades me ha tenido que soportar durante estos meses. Digamos que gracias a la tensión he podido comer toneladas de comida sin preocuparme del peso ni de la acumulación de grasas. Digamos que ahora que estoy mas tranquilo empiezo a tener que controlarme sobre qué comer si quiero ser reconocible para mi querida valenciana.

Digamos que escribo mi primer post desde el Bbv.

viernes, diciembre 12

Cap: 928. Tal día como mañana por Risto Mejide

Señoras y señores, están ustedes a punto de presenciar uno de mis momentos más apasionantes del año. Me encantaría decirles que poseo un don, que las veo venir y que jamás me pillan por sorpresa, pero nada más lejos de la mediocridad. Tal día como mañana, si nadie lo remedia, me habré hecho -aún más- mayor. Tal día como mañana, mis genes, mi alopecia y yo habremos superado al mismísimo hijo de Dios. Que se vaya lavando su padre.

Sí, amigos. Mañana a estas horas habré añadido una primavera más a mi ya escasamente útil existencia. Qué maravilla. Qué emoción. Pienso salir a la calle saltando y cantando cualquier canción de Shirley Maclaine para ir apagando todas las velas que encuentre a mi paso, incluidas las de los bautizos y restaurantes cool, mientras me tiro con fuerza del lóbulo izquierdo una vez cada cuarenta y dos minutos, hasta que me lo pueda poner de fular neorromántico, ideal para esta ola de frío polar.

Cumplir años es como la gripe, la capa de Ramontxu o el taxi de un alérgico al desodorante. Algo que duele mucho, aparece cuando menos lo necesitas y sobre todo algo por lo que todos, nos guste o no, tenemos que pasar como mínimo una vez cada doce meses. Y digo como mínimo, porque siempre hay un número indeterminado de conocidos, proveedores y familiares segundos que intenta acertar con la fecha, y no hace más que ganársela a pulso año tras año.

Te llaman, te escriben, te dicen lo mucho que se acuerdan de ti, y tú vas y te lo crees, cuando lo único que están haciendo es acelerar los trámites para poderle hacer click en el aceptar de su agenda del Outlook, y así poder seguir escribiendo cartas de amor en el muro del Facebook de un tipo gordo y feo que se hace pasar por una conocida top model.

El problema no está en que te recuerden tu edad. El problema está en el verbo. No se llama recoger años, amasar años, ni deglutir años. Se llama cumplir años. Y siempre he creído que uno debería cumplir sólo lo que promete. Nada más. Y nada menos.

No sé.

El caso es que tampoco soporto a la gente que te pregunta la edad. No es un tema de ahora, que ya he pasado a engrosar con orgullo las primeras filas de la juventud dorada. Nunca lo he soportado. Aparentes lo que aparentes, siempre pierdes. Si aparentas más, de pronto, y sin hacer nada, has perdido lo poco o nada que tenías de atractivo. Pero es que si aparentas menos, todo lo que ganas en atractivo lo pierdes en credibilidad. Y si no, que se lo pregunten a los tipos con cara de crío que se tienen que dejar barba para que les tomen en serio.

Y ahí es donde llegamos al punto crucial. La ropa. El estilismo. El look. En realidad, lo peor de cumplir años es que tu ropa no se actualiza contigo. Un día te pones la sudadera esa con la que antes lo rompías todo, y algo no funciona. Un día apareces en una cena con las deportivas de toda la vida, y la gente te mira mal.

Ese día has cumplido algo más que años, y lo notas, especialmente, porque dos nuevas y desconcertantes sensaciones han empezado a crecer con fuerza dentro de ti.

La sensación de que sabes perfectamente lo que están pensando.

Y la sensación de que te da absolutamente igual.

miércoles, diciembre 10

Cap: 927. Pirateria, 2: Copia este post.

-Oye ¿me lo puedes volver a explicar?

-¿Otra vez? eres algo durito de mollera ¿eh?

-Es que a ratos parece que lo tengo, pero cuanto más pienso se me vuelve a escapar.

-Entonces lo que no tienes que hacer es pensar demasiado. Si es muy fácil, verás, supongamos que voy y compro una obra.

-¡Ja! esa es buena, tú comprando algo, si por no pagar hasta dependes del wifi del vecino.

-Es un supuesto ¿vale? un ejemplo. Imagina que la compro ¿vale? se da entonces una contradicción, pues no queda claro si compro la obra o sólo el soporte en la que esta viene.

-¿Y eso?

-Imagina que compro un videojuego, o una película, algo que venga en un disco. Estoy comprando la obra pero dependo del soporte, de que éste funcione. Imagina que se me rompe el disco. Imagina la cara que pondrían en la tienda si llegara con el disco roto para que me dieran otro en condiciones.

-Hombre, si sale defectuoso...

-Si sale defectuoso, o si me da la gana romperlo o si lo pierdo, eso a ellos ni les va ni les viene. Si lo que he comprado es la obra deben volvérmela a dar, pues por culpa del soporte con la que la imponen ya no puedo acceder a ella.

-Tiene sentido, te sigo.

-Por eso, la Constitución y las leyes contemplan el derecho a la copia privada, porque como las multinacionales diseñan los soportes para que fallen y obligarte a seguir comprando, uno tiene derecho a hacer copias de seguridad de la obra que ha comprado.

-Vale, tiene sentido también.

-Pero ojo que ahí también nos la meten doblada, porque eres tú mismo el que has de buscarte la vida para hacerte la copia privada, así te terminas comprando grabadoras, equipos más potentes...a seguir comprando, en definitiva. Lo que deberían hacer es darte las copias de seguridad ya cuando adquieres las obras, eso deberían hacer.

-¿Por el mismo precio?

-Por el mismo o más bajo todavía, ya llegaremos a eso. Así pues tengo mis copias privadas ¿vale? que por cosas de la técnica la tengo en un directorio del ordenador, Y como la obra es mía y hago lo que me da la gana con ella, me da la gana compartirla con un amigo.

-Esta si que es buena ¡pero si tú no tienes amigos!

-Llámalos colegas, llamalos conocidos, llámalos conectados. El caso es que hay un amigo ahí afuera con el que yo quiero compartir mi obra, y como da la casualidad de que tengo una copia privada en el ordenador, la pongo a su disposición con un programa de intercambio de archivos de amigo a amigo.

-El eMule, vaya.

-El eMule o cualquier otro, como los torrentes o subirlos a sitios de descarga directa.

-Me sorprendes ¿has aprendido a subir torrentes o te has suscrito a un rapidshare de esos?

-Te repito que son supuestos, déjame continúar. Lo que importa es que al final le he pasado a mi amigo la obra que compré, ahora es suya y es libre de hacer con ella lo quiera él también.

-Pero al dársela no desaparece de tu ordenador, tú todavía la tienes también.

-Eso es un fallo del programa. O no. Representa que conservo alguna de las copias de seguridad que hice cuando era el propietario de la obra. Y casi que la conservo, pues sólo le he dado una copia a mi amigo y no sé si él sabrá hacerse sus copias de seguridad, y es posible que algún día vuelva a necesitarla, de manera que la sigo dejando en el mismo directorio. Por si acaso ¿comprendes?

-Vale, pero no hace falta que me pegues codazos ¿qué te pasa en el ojo?

-Nada, nada. Ahora has de verlo como un proceso simultáneo, que cuando accedo a la red...

-...del vecino...

-...estoy compartiendo mis obras con mis amigos, y al mismo tiempo ellos me están pasando otras obras.

-¿Los mismos amigos?

-Los mismos u otros, no lo sé, no me fijo.

-¿Son tus amigos y no sabes a quién se lo das o de dónde te lo dan?

-El concepto de amistad en la Red es así, filántropo. Haz el bien y no mires a quién. Y no debes ser tan cuadriculado, debes intentar visualizarlo todo como una serie de impulsos electromagnéticos que circulan por el éter, y que al ser captados por dispositivos electrónicos se transforman en combinaciones de ceros y unos que los aparatos interpretan como ciertos elementos audiovisuales. No es más que eso. Impulsos y éter.

-Y discos duros llenos.

-Y así se consigue que la cultura circule de forma libre, sin imposiciones mercantilistas. Copias privadas de un amigo a otro ¿lo pillas? ¿para qué vas a comprarlo tú también si tienes un amigo que te lo presta? es como cuando le prestas un libro a alguien.

-Con la diferencia de que casi siempre que dejo un libro a un amigo suelo perderlos a ambos.

-¿Ves? mejor me lo pones.

-Pero veo que esto depende mucho de tener buena conexión a Internet y eso. Si a mi me interesa algo tuyo ¿no sería más práctico que me lo grabes y lo recojo en persona?

-Hombre, pero sólo si no es mucho, que ahora mismo voy mal de discos...

-No, hombre, que te los pago, tranquilo.

-¡Uy, no! ¡eso no se puede, es ilegal! si hay dinero de por medio hay lucro, y esto es desinteresado. Oye, que yo no soy un pirata como los de las mantas ¿por qué me tomas?¿llevas algún micrófono oculto?

-Vale, perdona ¿entonces no puedo pagártelos? al menos pásame el Photoshop nuevo, en disco o por la Red, que lo necesito para unas cosas.

-No, no, el Photoshop no puede pasarse.

-Pero si a ti te lo...

-ssshhhtttt...¡Que no! Que hay leyes contra piratear software ¿te enteras?

-Pero si hablamos de ceros y unos por el éter...

-Sí, anda. Que no, que esto es otra cosa, esto es privativo, no es cultura. A lo que tenemos derecho libre es a la cultura.

-¿Y el último episodio americano de Lost sí es cultura?

-Si estás muy enganchado sí. Además practicas idiomas y lees subtítulos.

-Vale, ya pillo el concepto. Todos tenemos acceso a todo.

-Exacto.

-Menos al software comercial.

-Por supuestísimo, cof cof.

-Pero con tantas copias privadas circulando entre los amigos ¿qué beneficio sacan de todo eso los creadores originales? porque de vender veinte mil copias a vender doscientas el margen debe ser distinto...

-Oye, a mi me parece que a ti lo que te pasa es que tienes una vena creativa y la oscura intención de vivir un día de ella ¿eh? mucho ojito con eso. En fin, te lo vuelvo a explicar. Esta gente nos saca el dinero por muchísimos sitios. En primer lugar por la compra de la obra original.

-La que genera al principio las copias privadas que circulan entre los amigos.

-Exacto, la que yo he comprado en el ejemplo.

-¿Pero tú has comprado una alguna vez?

-¡Por supuesto! sin ir más lejos hace dos Navidades regalé un CD de Julio Iglesias a mi madre.

-Ya me acuerdo, que estaba en la caja de saldos de Carrefour, y como tenía una grieta en la caja (que creo que hiciste tú adrede) pediste que te lo rebajasen un poco más. Aquello fue tan chungo que luego no quisieron envolvértelo para regalo.

-Pero bien que aceptaron mi dinero ¿verdad? pues tacita a tacita así tiene el hombre su chalecito en Miami. Los compradores de obras originales todavía somos muchos, demasiados.

-Pero ¿y cuando ves los estrenos de cine en esa calidad tan mala con señores levantándose y el sonido penoso?¿eso es también la copia privada que ha comprado un amigo?

-No lo sé, no se lo he preguntado, pero si lo tiene para prestármelo supongo que sí ¿o no te fías de mis amigos?

-Tú los conoces mejor que yo, supongo.

-Pero los malvados creadores aún sacan más por otro lado. Por el canon.

-Temida palabra.

-Escupo sobre ella. Esto es el colmo del cinismo. Resulta que las empresas que mercadean con bienes culturales estiman que, porque los amigos se pasen copias privadas, ellos dejan de percibir ingresos, y no han parado hasta forzar a todos los partidos políticos a aprobar un impuesto injusto. Cada CD, teléfono móvil, reproductor de MP3...todo aparato susceptible de contener o generar copias privadas ve gravado su precio por una cantidad abusiva e injusta que va a parar a una sociedad con ánimo de lucro que no rinde cuentas de sus acciones ¿puedes creerlo? ¿es injusto o no?

-Tal como lo explicas es casi ilegal, diría yo.

-Casi, tú lo has dicho, lo sería si no fuera porque hay una ley. Pero lo peor de todo es que no se conforman con eso, sino que cada vez que me pasan una copia privada de las películas del videoclub, lo primero que me sale es un anuncio de que está prohibida su reproducción ¡oye, que bien que pago el canon cada vez! ¡ya vale de llamarme delincuente!

-A mi me pasa eso cuando conduzco, tantas señales de prohibido circular por aquí, prohibido aparcar allá. Tengo la sensación de que me llaman infractor.

-Eh...no te estás choteando de mi ¿verdad? es que es muy fuerte que asuman que todos los DVDs que me compro, por ejemplo, sean para copias privadas que me pasan los amigos.

-Y tanto, pueden contener, pues...pues otras cosas, desde luego. Aunque la última remesa de DVDs que te ha llegado ha sido de 200 ¿no? son bastantes.

-Sí, salen mejor los gastos de envío con más cantidad, y así tiro algunos meses.

-Vienen del sitio aquel británico ¿no? que sale más barato.

-Exacto, porque allí no pasan por el aro sacadineros. Y no te he contado todavía de dónde sacan pasta de verdad los creadores.

-¿Todavía más? ilumíname ¿de dónde?

-De los conciertos. Tocando en vivo, sin digitalizaciones ni tráfico de discos por medio. Del artista al consumidor sin intermediarios. Arte en vivo, en estado puro ¿lo captas?

-Capto, sí.

-Pues de ahí se sacan el pellizco de cada entrada, más el merchandasing, las consumiciones en el recinto, que no son nada baratas.

-Ah, sí, de eso recuerdo que me dijiste algo, que el precio de las palomitas era abusivo y que por ley podíamos entrar comida de fuera.

-No, entonces hablaba del cine cuando no hay más remedio que ir. Lo de los conciertos es diferente, aquí se consume con gusto, se está saboreando el momento único e irrepetible, el artista comparte una velada con su público, esto no está envasado.

-Todavía tienes al primo que trabaja en el polideportivo que te cuela ¿no?

-No en todos los que quisiera, no te creas. Ahí, ahí esta el negocio, en el arte en vivo. Todo lo demás son modelos de negocio caducos y el intercambio de copias privadas deben verlo sencillamente como una forma de difusión, como publicidad gratuita que les estamos haciendo ¡y encima sin cobrarles!

-Con los de la música lo puedo entender, pero ¿qué sucede entonces con las películas y las series de televisión? ¿deberían hacer representaciones en teatros?

-Pues...pues ellos sabrán, oye, que nosotros no estamos para sacarles las castañas del fuego, si quieren seguir viviendo de ello que espabilen. Maneras de rentabilizarlo existen, supongo yo. Pues que las busquen. Eso, que las busquen. Aunque lo de los teatros suena bien, se volvería a la esencia, a la interpretación.

-Pero si todas las que ves son de efectos especiales ¿te imaginas la próxima de Star Wars en un teatro?

-Uhm, no demos ideas a Lucas, que es capaz de reestrenar así las trilogías. Pero vamos a lo que vamos ¿te ha quedado todo claro esta vez?

-Creo que sí, la cultura libre es cultura y es libre, Y todos tenemos derecho a acceder a la cultura.

Desde: http://blog.adlo.es/

lunes, diciembre 8

Cap: 926. MEA CULPA Y CAGA LEYES.

Dije que no quería hablar más sobre el tema, pero es imposible. Dudo que haya un asunto más importante estos días para un profesional de la comunicación. El Ministerio de Cultura acaba de iniciar una (otra) vergonzante campaña contra la “piratería”, en la que equiparan descargar una película del eMule con atropellar a una señora, rayar un coche o vaciar una papelera en el suelo (como si esas tres acciones fueran equiparables entre sí.)

Casualmente (ejem) esta campaña coincide con la decisión de los ministros europeos de rechazar la enmienda que proponía que sólo un juez tuviese autoridad para cortar una conexión a Internet. En otras palabras, los ministros europeos han abierto la puerta para que el resto de Europa sea tan autoritaria como la Francia de Sarkozy. En otras palabras, los ministros europeos se han convertido en enemigos de la libre difusión de cultura, y en perros sabuesos de las grandes empresas de comunicación.

Pero más allá de esta desgracia, lo que me hace volver al tema es la insidiosa insistencia en obviar una serie de cuestiones fundamentales en el debate sobre la “piratería”.

En primer lugar: los agentes que se declaran “víctimas” en este asunto han elegido una etiqueta ominosa bajo la cual agrupan acciones tan poco equiparables entre sí como atropellar a una señora y rayar un coche, o como el intercambio P2P y el top manta. La palabra “piratería” resulta muy útil para manipular la opinión pública: ¿quién va a discutir que los piratas son los malos de la película? Pero denominar “piratería” las descargas P2P es una falacia: las descargas P2P son legales en España. Repitan conmigo: son LEGALES.

Gracias a la comunicación tendenciosa, se ha logrado que el debate parezca una discusión sobre si la piratería es buena o mala. Cuando la verdadera discusión es ¿por qué insisten en llamar piratas a quienes no lo son? Se ponga como se ponga la Comisión Europea, la SGAE o San Pedro bendito, lo cierto es que el top manta es piratería, pero el P2P no lo es. Todos estamos en contra del top manta. Hay que ser imbécil para no estar en contra del top manta. Incluso la mayoría de la gente que tiene suficientemente pocos principios como para comprar en el top manta admite que está mal comprar en el top manta, y entiende que se persiga el top manta. Sin embargo, sólo unos pocos usuarios habituales del P2P entonan el mea culpa y afirman que lo que hacen está mal y no deberían hacerlo aunque sigan haciéndolo. Curiosamente, esos pocos usuarios habituales del P2P resultan ser, oh sorpresa, autores con obra editada... susceptible de ser descargada en redes P2P. ¿Realmente están en contra del P2P o sólo están calculando cuánta calderilla podrían ganar si la gente no pudiera descargarse sus obras de Internet?

Permítanme dedicar un párrafo a estos queridos amigos, autores de innegable talento y gran corazón: llegada una edad, uno debe tomar conciencia de en qué país se ha criado -en otras palabras, qué prejuicios ha mamado- y tiene la responsabilidad de desarrollar una mirada crítica. Por ejemplo: vosotros, amigos, igual que yo, os habéis criado en un país ultracatólico, estáis bautizados y comulgados, y no me extrañaría que incluso confirmados. Habéis estudiado durante años con un crucifijo encima de la pizarra que, en ocasiones, acabó siendo sustituido o acompañado por el retrato ¡de un Borbón! Sois hijos de una generación que nació y creció en una dictadura confesional. Esa generación, por cierto, sigue a cargo de las instituciones de este país, y el actual Jefe del Estado, en fin... fue puesto en su cargo por el dictador. En otras palabras: os habéis criado (y si sois maduros, admitiréis que esa educación os ha dejado una profunda huella) en una cultura en la que uno puede pecar hasta jartarse, siempre que el domingo se confiese y haga propósito de enmienda. En ese caso, obtiene la absolución y ya puede empezar otra vez de cero. Muy probablemente os hicisteis las primeras pajas pensando en que lo que hacíais que era pecado. Pero en el fondo sabiendo también que bastaba con confesarse para enmendar el error. Eso es exactamente lo que hacéis ahora en vuestros blogs: confesáis que os habéis hecho una paja, y pedís perdón por ello. Y luego tenéis incluso el cinismo de insinuar que mañana os haréis otra. Es una forma de discurrir totalmente neurótica. E insisto, la cuestión no es si se debe o no se debe permitir el pecado. El debate es ¿por qué demonios llaman pecado a aquello que nos hace disfrutar sin hacer daño a nadie? Si realmente estáis convencidos de que hacéis daño descargando películas en redes P2P, dejad de hacerlo. Si realmente estáis convencidos de que no hay que hacer copias de material “protegido” por “derechos de autor”, ¿por qué seguís escribiendo en Word, en lugar de usar Open Office? ¿Por qué descargáis copias de Final Draft, en lugar de usar Celtx? Vuestra ingenua y mojigata complicidad con los intereses de las grandes multinacionales son el peor favor que podéis haceros a vosotros mismos y a vuestros compañeros autores.

Ésa es la segunda cuestión fundamental: el debate sobre la “piratería” no es una reflexión sobre la conveniencia social de autorizar un cierto uso de una tecnología. Es una supuesta lucha entre el Bien y el Mal. Una apelación al más turbio sentido de culpa. Una oscura amenaza de futuro: “viviréis en un mundo sin cultura, mataréis de hambre a los pobres autores”. Curiosa amenaza, especialmente viniendo de las grandes empresas de comunicación, cuyo funcionamiento descansa sobre contratos leoninos de exclusividad, saturación del mercado con productos pseudoculturales cada vez más efímeros, y secuestro de obras que podrían hacer sombra a los títulos seleccionados para ser éxitos. Técnicas que, naturalmente, aniquilan la cultura y matan de hambre a la mayoría de los autores, (aunque convierta en élite a unos pocos).

La tercera cuestión fundamental es que da exactamente igual si los usuarios nos descargamos más o menos obras más o menos “protegidas” por “derechos de autor”. El futuro de la tecnología P2P no está en manos de los creadores, ni de los “consumidores” de cultura. Está en manos de las grandes empresas y de los Gobiernos. Si estos últimos años hemos disfrutado de una pequeña edad de oro de la comunicación audiovisual no ha sido porque a alguien se le ha ido la olla y no se ha dado cuenta de lo que pasaba. Ha sido porque un puñado de empresas proveedoras de conexiones de banda ancha están haciendo un negocio descomunal gracias al P2P. ¿Para qué quiere un usuario medio una conexión de 20 megas si no es para ver vídeos y escuchar música? El auge del P2P conlleva el auge del ADSL. Una vez que el ADSL esté suficientemente implantado (o sea, hoy), las multinacionales productoras de contenidos no encontrarán más resistencia en su lucha por influir a los políticos. Entre otras cosas, porque las proveedoras de telefonía se infiltran cada vez en el sector de la creación de contenidos.

A día de hoy, hasta los gobiernos aparentemente más liberales están totalmente convencidos de que el libre intercambio sin ánimo de lucro entre dos personas cualesquiera es un acto de piratería. Y están convencidos de ellos por una de estas dos razones. Y atiendan bien, porque ésta sí que es La Definitiva Cuestión Fundamental: los políticos que actúan contra el P2P sólo lo hacen porque a) están untados, y/o b) son asquerosamente viejos e ignoran QUÉ RAYOS ES ESO DE INTERNET Y PARA QUÉ DEMONIOS SIRVE. No es una broma: docenas de parlamentarios europeos no tienen email. Repitan conmigo: parlamentarios europeos no tienen email. Traten de comprender el alcance de ese hecho. ¿Cómo demonios va a distinguir entre P2P y piratería una persona que en 2008 no ha enviado ni recibido jamás UN SIMPLE E INSIGNIFICANTE EMAIL? Ni siquiera deberían permitir que esa gente vote en estas cuestiones. Es tan absurdo como si al Papa le diese por opinar sobre prácticas sexuales o métodos anticonceptivos.

Un momento...

Falta por tocar esa cuestión de la que hablábamos hace poco, y que tan esclarecedora resulta siempre: qui prodest? ¿Quién sale ganando con la legislación mal llamada “antipiratería”, y que en realidad es anti P2P? ¿Los autores? NO ME HAGAN REÍR. Desde que la SGAE cambió la “E” de España por la “E” de Editores, los intereses de los autores se fueron a tomar viento. Además, ¿no hay un contraste sorprendente entre el alcance global de la lucha contra el P2P y la relajación con la que se combate el top manta? Todos esos ridículos anuncios que el Ministerio de Cultura paga a precio de oro intentan convencernos de que no descarguemos obras, no de que no las compremos en el top manta. ¿Por qué?

Porque la oferta del top manta reproduce las imposiciones culturales del mainstream. En el top manta sólo se venden best-sellers y blockbusters. Representa un diezmo económico, pero es una pérdida asumible, un mal menor. Sin embargo, el P2P es un verdadero desafío al sistema, porque rodea sus imposiciones, recupera títulos que las grandes empresas decidieron enterrar, permiten que el espectador/oyente configure su propio catálogo cultural, fomenta la distribución horizontal, permite una comunicación directa entre el autor y el espectador. En definitiva, revive a la bestia negra de una empresa global de distribución de contenidos: la libertad. Y si no, piensen una cosa: la intención de las grandes empresas no es acabar sólo con las descargas de obras sobre las que tienen derechos. Es acabar con la propia tecnología P2P. Es impedir que los usuarios compartan material audiovisual, incluso libre de derechos. ¿No es curioso? ¿No se parece mucho a... no sé, ¿acabar con las bibliotecas porque hay gente que roba libros? Me voy a callar, que no quiero dar ideas...

Yo soy autor. Tengo alguna que otra obra susceptible de ser descargada en redes P2P. Con el dinero que voy a obtener este año por “derechos de autor” bien podría comprarme un coche. No un Prius, pero sí un Ibiza. Jamás he comprado ni compraré nunca nada en el top manta. Y el que lo haga delante de mí tiene todas las papeletas para que le retire el saludo. Pero no veo ninguna razón por la cual haya que hacerles el juego a la gentuza que ha decidido, por poner unos pocos ejemplos:

- Editar en DVD clásicos de Billy Wilder como Uno, Dos, Tres o Testigo de Cargo sin subtítulos en castellano.
- Descatalogar Balas Sobre Broadway, La Cortina de Humo o El Padrino.
- Crear un falso (como todos) “director's cut” de Amadeus y secuestrar el montaje original.
- Emitir cine español en televisión durante años sin pagar a los autores lo que estipula la ley.

Cuando yo descargo del eMule una obra que no hay manera de encontrar por otro medio, ¿estoy pirateando? Yo creo que quien está pirateando es la distribuidora que compra los derechos sobre esa obra, para luego descatalogarla porque la considera una amenaza (o sea, de calidad) para sus otros lanzamientos (o sea, basura). Está pirateando quien incumple sistemáticamente la ley europea de 12 minutos máximo de publicidad por hora. Piratea quien mutila las obras, manipula su formato, falsea sus traducciones, demora injustificadamente sus estrenos, presiona a los exhibidores para comprar películas en paquete, satura el mercado de ediciones "especiales" y extras ridículos, emite publicidad encubierta en forma de "reportajes" sobre estrenos, realiza cambios arbitrarios en la programación, tira de chequera para sacar de antena a una serie rival...

Acabar con las descargas P2P no beneficia a los autores. Sólo beneficia a las empresas que comercian (mal) con sus obras. Si los políticos quieren ayudar a la cultura, deberían empezar por expropiar a las distribuidoras aquellas obras que insisten en no distribuir. Verán qué pronto espabilaban.

Y ahora me rezan tres avemarías y tres padrenuestros y recuerden que cada vez que me hacen hablar de este tema le están clavando una espinita a Jesucristo.

Desde: http://www.lacoctelera.com/pianistaenunburdel

viernes, diciembre 5

Cap: 925. Presenten almas por Risto Mejide

No sé de qué se quejan los que se quedan en la puta calle. Si estar en la calle es maravilloso. O es que no lo ven. En la calle puede pasarte de todo. Desde un tiesto en la cabeza, hasta la mierda de un perro que no sabe sacar de paseo a su mascota. Todo es posible poniendo un pie en la calle, y encima gratis. Aún los empresarios les estarán haciendo un favor, y ellos sin agradecérselo.

Además, estarás conmigo en que las cosas más fascinantes que pueden ocurrirte en la calle son, seguramente, aquellas a las que les prestas menos atención. Como por ejemplo, cruzarte con alguien.

Nos cruzamos, fundamentalmente, con desconocidos. Gente que no nos aguanta la mirada más de tres segundos. Gente a la que en principio no volveremos a ver en la vida. Y si lo hiciésemos, jamás recordaríamos haberlo hecho. Gente para la que no somos más que paisaje incómodo en su campo de imagen, extras secundarios y fugaces de una película a la que ellos también llaman vida. Su vida.

Pero qué pasa cuando nos cruzamos con un conocido. Qué ocurre cuando reconoces o eres reconocido. Aquí se desencadena un Big Bang social de dimensiones tan desproporcionadas como imprevisibles.

Puede tratarse, en primer lugar, de un encuentro, que es aquél en el que los dos cuerpos deciden interactuar, o de un desencuentro, que es cuando uno de los dos practica el si te he visto no me acuerdo.

Este último es feo, muy feo. Siempre hay alguien que se queda con cara de hola. Expresión que se intentará disimular antes de que alguien más identifique el cataclismo, y que dejará a la persona ignorada preguntándose algo parecido a y yo a éste qué le he hecho.

Pero es que en el caso de un encuentro, nadie te garantiza que la experiencia vaya a ser más placentera, además de que la casuística resulta hasta tres veces más compleja.

Primero están los que conoces, pero no sabes de qué. Aquí lo más importante es dejarles hablar hasta que te den suficientes pistas como para identificarlos. Preguntas como qué tal te va todo, y cómo va aquello que me contaste, suelen ser providencialmente auxiliadoras. De todos modos, no te desanimes si cuando os despedís aún te preguntas quién coño es ese tío. Hay una alta probabilidad de que a él le haya pasado lo mismo contigo. Se conocen casos de gente que se enzarzaron en disquisiciones de horas pese a no conocerse de nada.

Luego están los que conoces, sabes de qué, pero no recuerdas su nombre. Otro clásico. Aquí, lo que yo hago es preguntarles directamente, oye, tú cómo te llamabas. En el momento se sienten incómodos y ofendidos, pero cuando contestan, con un quiebro de cadera dialéctica digna de sofista de todo a cien, les espeto, no hombre, de nombre ya, me refiero a tu apellido. Infalible.

Por último, están los que ni sabías que conocías. Después de meter la pata una y otra vez saludando a estos con un encantado, a lo que respondían, de nuevo ofendidos, ya nos conocíamos, me he dado cuenta que lo mejor es saludar siempre con un simple qué tal. Es de suponer que, en la próxima frase, ellos mismos se posicionen en cualquiera de las anteriores. Salvo que sean italianos y te suelten un qué tal qué.

En fin.

Que cuánta gente por ahí.

Y qué poquitas las personas.

lunes, diciembre 1

Cap: 924. Volver, como el ave fenix


HQ- Britney Spears Womanizer LIVE AT STAR ACADEMY.

Como el ave fénix, vuelvo después de dias sin Internet, semana pésima en el trabajo, una fiesta del carajo con los compañeros el viernes (en el post del miércoles), una fantástica cesta de navidad de 200 euros y dormir 6 horas en un dia (en 2 siestas, para mas inri). Todo para recuperar tiempo perdido con mi Valenciana y seguir viviendo esta vida que nos ha tocado. Y como otro ave fénix vuelve Spears, más en forma que nunca… cada vez me gusta mas esta chica.

Un dia cualquiera este dios pagano se despierta y comprueba que no tiene Adsl en casa, como todavía no ha amanecido en la capital del reino y sabe lo que es que se caigan líneas telefónicas y de comunicación deja la avería para cuando vuelva del banco, a última hora de la tarde.

Vuelvo, sigo sin Internet, llamo a telefónica… me dicen que a eso de las 8 de la tarde/noche me llamará un técnico para hacer las comprobaciones. Yo hago por mi cuenta las mias, tiene que ser el router ya que la línea desde la central me dicen mil veces que va bien. Las 8, las 9, aquí no llama nadie; llamo yo a Telefónica me toman el Mobil y dicen que me llamará el técnico.

Día siguiente me despierto sin adsl, el técnico sigue sin llamar, llamo de nuevo a Telefónica, me contestan que buenas noches, le digo a la operadora del turno de noche que el técnico no llama, que me llamen al móvil y que se despierte del todo, paso la noche se ira pronto a casa y son buenos días. Llego después de trabajar y encuentro una simpática y colaboradora chica al teléfono. Ahora es la mía, una mujer simpática al teléfono, hora de hacer magia. Le explico con tranquilidad el caso, que estoy de su parte, que he aguantado durante mucho tiempo a imbécil es llamando por problemas técnicos, que no soy técnico de ordenadores pero si se algo de todo esto, menudo trabajo mal pagado que tiene, me alegro que alguien tan simpático me atienda y además sabe de informática, todo un lujo. Le cuento que es jueves, viernes dentro de pocas horas y tengo a mi querida novia fuera de Madrid esperando para hablar conmigo, para verme por la Webcams, ya son dos días sin podernos comunicar. A la chica le hago gracia, le gusta que hable sin parar, y coincide que me es desde Valencia. ¿Valencia? Pero si mi novia es de ahí!!!!, porfavorporfavorporfavor señorita técnica de Valencia… arrégleme el Adsl para que pueda hablar con una chica de su misma provincia.

Consigo que me abra un parte de avería sin que un técnico de veras haga las comprobaciones, consigo que me envíen un router nuevo porque yo lo valgo sin que lo compruebe un técnico, consigo en 1 hora hablando con la chica mas que en dos dias hablando con sus compañeras. El técnico llega puntualmente en la tarde del viernes, coloca el nuevo router y ¡¡¡¡¡magia!!! Tengo Internet.

Hablo con mi chica unas pocas horas justo antes de irme a cenar con los compañeros del banco, cervezas, cena, copas y a eso de las 7 y pico de la mañana miro de nuevo el router destrozado después de toda la noche…. Parpadea, sigo con Internet… me acuesto para dormir un poco… tres horas después… espero a la valenciana sentado… con sueño, pero es nuestro tiempo, nuestro fin de semana… para que dormir si puedo estar con ella.

Gracias a la valenciana de telefónica por obrar el milagro, gracias a mi valenciana por hacer que merezca la pena.