lunes, octubre 15

Triangulos, parte 2:

Segunda parte, desde el blog de Lucia, que ya se que lo estabais esperando:

Una amiga muy cercana y muy querida es terapeuta de parejas y si escribí “yo no sufro por amor” fue en gran parte gracias a ella. el otro día me dijo que, estadísticamente, y después de los más de diez años que lleva tratando a parejas, puede afirmar categóricamente que:
- si una mujer se siente mal en su matrimonio, se separa
- si un hombre se siente mal en su matrimonio, se lia con otra para forzar la separación.
- si un hombre soltero se siente atraido por una mujer casada que corresponde a su atracción, no inicia una relación con ella
- si una mujer se siente atraida por un hombre casado que corresponde a su atracción, sí inicia una relación( por matrimonio entiéndase unión muy estable, legitimada o no).

Debo aclarar que esta terapeuta casi no trata a parejas homosexuales. no porque ella no quiera, sino porque las parejas homosexuales suelen elegir a terapeutas gays, y mi amiga es hetero.
explicación de la terapeuta a este fenomeno:

La mayoría de hombres y las mujeres mayores de treinta años en este país hemos crecido en el esquema varón proveedor/mujer distribuidora. Es decir, padre que trabaja y ausente y madre que no trabaja y superpresente.

Para las mujeres hetero el primer gran amor es el padre, y para los varones hetero el primer gran amor es la madre. Así que vosotras aprendeis a amar desde la competencia: debeis robar la atención del padre ausente a la madre. Mientras que los hombres aprenden a amar desde la presencia constante: con una madre que está allí siempre para ellos. Así que cuando una mujer se lía con un casado, inconscientemente revive su conflicto edípico, y roba el amor de un hombre a otra mujer.Pero un hombre hetero no suele querer liarse con una mujer casada, porque quiere una mujer para él solo. Los hombres heteros que se lían con casadas suelen ser hijos de madres que estuvieron ausentes en su infancia, bien porque trabajaran mucho o porque no vivieran con ellos.

Según eso, pregunté yo, un hombre gay debería querer liarse con hombres casados. Y sí, por lo visto el drama del hombre gay enamorado de hetero casado es bastante común ( podéis escribir al respecto si queréis para reafirmarlo o negarlo).

Pero resulta que el hombre gay no se siente tan obsesionado por robar el hombre a otro hombre por dos razones:

Una: porque revivir conflicto edipico implica robar el hombre a una mujer, no a otro varón
Dos: porque en esta sociedad a una mujer, a nuestro pesar, aun se la valora por con quien está antes que por sí misma, ya que durante siglos el valor de una mujer dependía del de su marido.

Como eso es algo que tenemos muy interiorizado, la competencia entre mujeres se aplica mucho a lo sentimental, mientras que la competencia entre hombres se dirime sobre todo en el trabajo.

Eesumiendo: Las mujeres tienden a robar mujeres a otras mujeres, los hombres prefieren robarle el puesto a otro hombre. Y creo que esto en la encuesta ha quedado clarísimo. De la misma manera una mujer puede liarse con un hombre con un pasado sexual amplio, pero un hombre tendrá reparos en liarse con una mujer con fama de promiscua. Primero porque la sociedad machista aprueba la promiscuidad masculina y critica la femenina, segundo porque vosotras os habeis criado en una sociedad en la que se entendía que los hombres podían echar “una canita al aire”, pero las mujeres no. Así que muchos hombres buscan una réplica de su madre, una mujer que, como la del César, no solo sea honesta, sino que lo aparente. Y una mujer casada e infiel no aparenta honestidad.

Creo que entre lesbianas también se da mucho el robo por culpa de eso que he explicado ya que habeis interiorizado la aplicación de la competencia femenina al territorio sentimental, pero preferiría que las propias lesbianas me escribieseis sobre si estáis de acuerdo o no. (pero por aqui no he visto ninguna lesbiana) No se explicó antes de hacer la encuesta porque creo que hubiese condicionado las respuestas.

Bueno, espero comentarios, gracias por las aportaciones... aunque me hubiera gustado alguna mas.

3 comentarios:

Krisalys dijo...

Como quien dice seguimos siendo tus conejillos de indias con las encuestas, eh? (ja,ja,ja)...
Centrífugo tiene un muy buen amigo gay y en alguna ocasión él comentaba que entre ellos hay demasiada promiscuidad y es común cambiar de pareja seguido por lo mismo, ya que tienden a no ser tan fieles o entregados a una sola persona. Lo que comentaba era que la parte sexual es fundamental, decía que una relación heterosexual por lo general empieza habiendo primero un conocimiento emocional de la persona y luego viene el sexo, en cambio ellos el primer día van a la cama y de ahí depende que la relación llegue a algo más... Te transmito sólo lo que alguna vez escuché de un amigo gay, pero desconozco más situaciones y quizá esto es sólo percepción de quién me lo dijo.
Por otro lado es bien cierto eso de que las mujeres robamos el hombre a otra mujer, en ocasiones se hace intencionalmente, en otras no es el objetivo y terminas haciéndolo, pero el hombre no es sólo un objeto que se roba alguien más, sino que él también va poniendo los medios para irse a lado de otra mujer. Además te voy a decir algo curioso, la infidelidad de hombres casados se da frecuentemente pero no sé por qué es un efecto que se da más en hombres "feos" que en hombres "guapos".
Quizá valdría la pena hacer una encuesta para averiguar si en realidad los feos son menos fieles que los guapos ¿no crees?... Un amigo que es feo y chaparro, alguna vez me dijo "Los feos y los chaparros somos más inseguros y por eso queremos controlar todo y llegamos a poner los cuernos"... Esa fue su respuesta.
Pues ya parece que hice un post. Te mando un beso y un abrazo!

Centrífugo dijo...

¿La infidelidad de hombres casados se da más en hombres "feos"? jajaja! ¿De dónde sacas semejantes conclusiones? Jamás pensé que la belleza tuviera implicaciones hasta en la fidelidad...

En cuanto a los triángulos, existen varias teorías: una dice que cuando un matrimonio funciona debido a la infidelidad de uno de los cónyuges es debido a algo denominado "la mesa de las tres patas". En teoría en un matrimonio cada uno aporta apoyo emocional y sexual, pero si ambos dejan de aportar uno de sus pilares, la "mesa" debe sostenerse con dos patas, lo cual es imposible, así que uno de ambos busca una "tercera pata" para equilibrar la mesa (los hombres suelen buscar una pata sexual y las mujeres una pata emocional). Otra teoría dice que las mujeres terminan y los hombres sustituyen, pero he conocido casos de mujeres con pensamiento masculino, incapaces de terminar la relación, que prefieren sustituir, y hombres con pensamiento femenino, que prefieren terminar para no seguir siendo infieles... en fin...

Y de mi amigo, fue toda una historia. Ya la contaré...

Besos Centrífugos!

mithras dijo...

Gracias a la parejita por vuestras aportaciones y reflexiones... tanto os doy las gracias que seguro que me da para un par de post y asi poder reflexionar sin problemas de espacio(espero colarlos esta semana). Como siempre, solo me dais trabajo jajaja.