viernes, octubre 19

Fabulas

Como algunos sabreis soy un conocido friki de los comics, y este articulo está genial para introduciros en una serie que ha gustado a una neófita como Eva. Proximamente ya habrá alguno de mi propia Cosecha. Gracias a Zonanegativa.com;)

Fábulas: La otra vida de los cuentos Escrito por José Torralba el día 19 Octubre, 2007

Edición original: 2002/-; Vertigo (DC Comics).Edición España: I Norma editorial (diciembre 2003); II Planeta (abril 2006/-).Guión: Bill Willingham.Dibujo: Mark Buckingham (principal), Lan Medina et al. (invitados).Entintado: Steve Leialoha (principal) et al.Portadas: James Jean.Color: Daniel Vozzo, Sherilyn Van Valkenburgh.Precio: 9,95-14,95 € aprox.

Breve historia editorial
La carrera editorial de Fábulas ha sido un auténtico camino de éxitos. Pilar actual básico, junto a Y, el último hombre y 100 Balas de la línea Vertigo, la serie que hoy nos ocupa es sinónimo de calidad, popularidad y buenas ventas. Ningún producto del sello, desde The Sandman, había gozado de una repercusión tal capaz de generar series regulares derivadas a partir de la principal. Este eco también ha alcanzado a una crítica rendida a los pies de una obra que acapara premios y elogios, así como a una blogosfera que aumenta la resonancia de la serie mediante foros, artículos y merchandising.
Creada y guionizada por Bill Willingham y dibujada por un equipo de artistas en el que sobresale la regularidad de Mark Buckingham, la cadencia editorial de Fábulas en USA es puntualmente mensual y sin sobresaltos desde su aparición en 2002, habiendo alcanzado a día de hoy el número 66 de la colección regular, el 15 del exitoso spin-off Jack de las Fábulas y el noveno tomo recopilatorio. El final de la serie está lejos hoy en día, en tanto en cuanto el guionista ha afirmado que “mientras las ideas y las ventas le acompañen” la serie seguirá en activo. No obstante, Willingham también afirmó en su día para Comic Book Resources (al poco tiempo de su salida al mercado), que tenía previsto un final para su obra; es decir, que conocía el principio y el final de la peripecia vital de sus protagonistas, pero no cuántas historias permitirían las ventas introducir entre ambos. De momento, parece que muchas más.



Paralelamente, la andadura de Fábulas en España también ha venido marcada por la regularidad y –algo realmente reseñable en nuestro país– por la coherencia y unicidad en su formato. En diciembre de 2003 Norma Editorial comenzó la publicación de la serie con el primer tomo recopilatorio USA, Fábulas: Leyendas en el Exilio, al que le siguió un solo tomo más antes de perder los derechos de DC. Planeta DeAgostini optó, como excepción a su política para con Vertigo, continuar la publicación exclusivamente mediante tomos recopilatorios retomando la serie donde la dejó su antecesora, sin lanzar una edición de números mensuales. Además, para ser aún más exclusiva, Fábulas se convertirá pronto en la primera serie del sello Vertigo para la que Planeta rescatará sus primeros números en tomo, mediante un único volumen que recogerá toda la etapa de Norma Editorial y que ha sido anunciado para diciembre de este mismo año. La calidad de los tomos es excelente dentro de la rústica, si bien se echa de menos un mayor grosor y consistencia en la cubierta. Actualmente, los números publicados son los siguientes:

Fábulas: Leyendas en el exilio (#1-5 USA). Dibujado por Lan Medina. Entintado por Craig Hamilton y Steve Leialoha. Color por Sherilyn Van Valkenburgh. Publicado por Norma Editorial, actualmente está descatalogado. Estos números recibieron el Premio Eisner 2003 al mejor arco argumental y a la mejor serie nueva (”serie revelación”, por así decirlo).

Fábulas: Rebelión en la granja (#6-10 USA). Dibujado por Mark Buckingham. Entindado por Steve Leialoha. Color por Daniel Vozzo. Publicado por Norma Editorial, actualmente está descatalogado.

Fábulas: Una historia de amor (#11-18 USA). Dibujado por Mark Buckingham, Lan Medina, Linda Medley y Bryan Talbot. Entintado por los propios dibujantes (excepto Lan Medina) y Steve Leialoha. Color por Daniel Vozzo. Publicado por Planeta DeAgostini. 192 páginas. 12,95 €.

Fábulas: La marcha de los soldados de madera (#19-21; #23-27 USA; especial “El último castillo). Dibujado por Mark Buckingham, Craig Hamilton y P. Craig Russell. Entintado por los propios dibujantes (excepto Craig Hamilton) y Steve Leialoha. Color por Lovern Kindzierski y Daniel Vozzo. Publicado por Planeta DeAgostini. 240 páginas. 14,95 €. Premio Eisner 2005 al mejor arco argumental.

Fábulas: Las crueles estaciones (#22; #28-33 USA). Dibujado por Mark Buckingham y Tony Akins. Entintado por Steve Leialoha y Jimmy Palmioti. Color por Daniel Vozzo. Publicado por Planeta DeAgostini. 168 páginas. 11,95 €.

Fábulas: Tierras natales (#34-41 USA). Dibujado por Mark Buckingham, Lan Medina y David Hahn. Entintado por Steve Leialoha, Dan Green y David Hahn. Color por Daniel Vozzo. Publicado por Planeta DeAgostini. 192 páginas. 12,95 €. Premio Eisner 2006 al mejor arco argumental. Este número contiene además la historia a partir de la cual aparece el spin-off Jack de la Fábulas.

Fábulas: Las mil y una noches (y sus días) (#42-47 USA). Dibujado por Mark Buckingham y Jim Fern. Entintado por Andrew Pepoy, Jimmy Palmioti y Steve Leialoha. Color por Daniel Vozzo. Publicado por Planeta DeAgostini. 144 páginas. 11,95 €.

NOTA: Están anunciados para diciembre de 2007 el volumen que recogerá los dos primeros arcos argumentales y el especial Fables: 1001 Nights of Snowfall. Asimismo, el comienzo de la publicación del spin-off Jack de las Fábulas (co-escrita por Willingham y Matthew Sturges) está previsto en nuestro país para la primavera de 2008.



Argumento

Las fábulas y personajes de los cuentos y el folclore popular existen, y habitan sus propios mundos; mundos paralelos comunicados entre sí a través de “puertas”. Siempre han vivido apartados, dejando que sus historias fluyeran libremente para enriquecer el imaginario de nosotros, los “mundanos”. Su vida era plácida hasta que, hace ya varios siglos, empezaron a ser perseguidos. Un ejército cada vez más grande y vasto, comandado por un emperador conocido únicamente como El Adversario, está conquistando mundo tras mundo, ganando batallas contra las fábulas y acumulando todos los conocimientos y artefactos mágicos que encuentra a su paso. Los que no se someten son esclavizados o ejecutados.

Sin embargo, algunas de estas fábulas han encontrado una salida: emigrar a un mundo libre de magia y fantasía, pero tranquilo y calmo. El nuestro. Nuestra realidad les ofrece un lugar donde poder establecerse como refugiados, donde camuflarse y pasar desapercibidos, donde comenzar de nuevo. Tras cruzar y sellar las puertas para evitar la llegada aquí de su misterioso enemigo, estos supervivientes se establecen en dos sedes del estado de Nueva York. La primera es un lujoso centro residencial en pleno corazón de la ciudad, Villa Fábula, donde las fábulas de apariencia humana establecen el gobierno provisional. La segunda, una granja a las afueras donde animales parlantes pueden campar a sus anchas sin miedo a llamar la atención.




Este cómic cuenta su historia: cómo fueron expulsados, cómo llegaron aquí hace más de doscientos años, cómo cuidan su anonimato entre nosotros, cómo están organizados, cómo promulgaron una amnistía para integrar a todos los supervivientes independientemente de sus delitos pretéritos y, sobre todo, cómo intentarán luchar –haciendo frente a enemigos y traidores– para poder algún día volver a lo que ellos llaman las Tierras Natales. Su hogar.

Personajes principales

Este es quizás uno de los cómics de protagonismo coral más profuso en personajes que se hayan visto. La firme voluntad de Willingham de crear un universo propio para todas las fábulas y cuentos lo precisa. Así, entre los habitantes de Villa Fábula tenemos a personajes muy conocidos como la Bella y la Bestia, Cenicienta, Papamoscas (el príncipe con forma de rana al que hay que besar) o Caperucita Roja. Otros son más específicos, como el Rey Cole (leyenda británica de origen celta) o simplemente menos conocidos, como el Dr. Swineheart (del cuento de los hermanos Grimm Los Tres Cirujanos de Guerra). Sin embargo, el guionista no se ha quedado ahí, incorporando a lo largo de la colección a personajes de libros (Edmundo Dantés), árabes (Simbad) y, próxima y presumiblemente, orientales. En este enlace podéis encontrar una lista de todos los personajes que han ido apareciendo en Fábulas, así como fichas para saber de qué imaginario popular proceden.

Ahora bien, sí podemos encontrar un conjunto de personajes centrales poseedores de un protagonismo más destacado que los eleva de la categoría de “secundarios”, si bien algunos de ellos adquieren dicho protagonismo bien avanzada la serie. Lo que está fuera de toda duda es que los personajes favoritos de Willingham son Blancanieves y el Lobo Feroz, como él mismo reconocía con las siguientes palabras para CBR: “son los personajes centrales y, por tanto, los que más tiempo he pasado diseñando al principio y a los que les he dado consiguientemente más historias.” En todo caso, ahí va una lista de protagonistas más o menos destacados:

Blancanieves. Sacada directamente de los cuentos de los Hermanos Grimm Blancanieves y Rosa Roja y Blancanieves y los siete enanitos, “Blanca” –como la llaman sus más íntimos conocidos– es una de las principales protagonistas del cómic en tanto en cuanto es la responsable de la administración de Villa Fábula y teniente de alcalde (alcaldesa en la sombra, más bien, dada la ineptitud del alcalde Rey Cole). Ex-esposa del Príncipe Encantador, Blancanieves es una mujer fuerte y curtida que ha dejado atrás su inocencia para sobreponerse y liderar la comunidad de exiliados. Sin embargo, bajo esa apariencia se esconde una mujer sensible que vive para, algún día, encontrar la felicidad en la vuelta a casa. Su relación de amor-odio con el Lobo Feroz es una de los mejores subargumentos que se han visto en un cómic. Una curiosidad: hasta ahora se niega a hablar de su aventura con los enanos.



El Lobo Feroz. Hijo de una loba y del Viento del Norte (lo que le confiere su capacidad de soplar tan fuerte), procede de diversas interpretaciones de cuentos de la tradición oral como Caperucita Roja o Los Tres cerditos. “Feroz” es otro de los personajes de gran relevancia en la mayoría de los arcos argumentales: habiendo ayudado a numerosas fábulas a exiliarse, se benefició de la amnistía general para con los crímenes cometidos en las Tierras Natales al llegar a Villa Fábula, lugar donde –gracias a su capacidad de mutar a voluntad en forma humana– tiene el cargo de sheriff y jefe del servicio de espionaje. Hombre de palabra, es rebelde e independiente y posee pocos escrúpulos con los enemigos de los exiliados, pero su fidelidad para con la causa y los habitantes de la comunidad siempre está fuera de toda duda. Su espíritu libre le llevó a participar en las guerras mundiales, y a inspirar el mito del licántropo entre los “mundanos”.


Príncipe Encantador (o Azul). Divorciado de Blancanieves, La Bella Duermiente y Cenicienta, nuestro Príncipe Azul no es tan encantador como lo pintan los cuentos. Emisor de feromonas capaces de hacer temblar a cualquier mujer, es un ególatra engreído que gusta de engatusar a mundanas cual gigoló para sobrevivir y mantener su vida de lujos. Su ambición no tiene límites pero, contra todo pronóstico, cuando colma sus perspectivas de gobierno resultará excepcionalmente competente y eficaz. Actualmente es uno de los activos más importantes de Villa Fábula (muestra de que la evolución de los personajes en este cómic es constante).


Frau Totenkinder. De poca relevancia en los primeros arcos argumentales, Frau Totenkinder es la líder de la comunidad mágica de Villa Fábula. Bruja inteligente y de gran poder, se acogió a la amnistía al llegar a nuestro mundo para pasar a ser una integrante aparentemente inofensiva de la comunidad de exiliados, vendiendo a las fábulas más pudientes algunos encantamientos y hechizos de glamour (necesarios para que los exiliados no humanoides posean una apariencia adecuada en la ciudad, de forma que no tengan que vivir en la Granja). Sin embargo, cuando llega la hora de la batalla, se revela como la última y más poderosa línea de defensa. Su identidad (no explicada hasta bien entrada la serie) es muy conocida, siendo quizás su personaje el más temible para los niños que conocemos su cuento de origen.

Jack Horner. Es tal vez es el personaje más prolífico en el mundo real, pues en nuestro imaginario ha comprado legumbres que alcanzaban las alturas más remotas, matado gigantes, juguetado con el invierno (como Jack Frost), inspirado la calabaza de Halloween (como Jack O`Lantern) o compartido andanzas con una tal Jill en una canción popular inglesa. Juguetón, granuja y estafador, pero también valiente y carismático, Jack es el crápula más grande de Villa Fábula. Sus múltiples andanzas lo llevarán a buscar (como otras fábulas) sitio entre los mundanos. Las hazañas de Jack entre nosotros a partir de su egresión de la comunidad de exiliados es la base del spin-off de Fábulas: Jack de las Fábulas, de próxima publicación en nuestro país.

La Granja. Regentada por la antaño díscola Rosa Roja (hermana de Blancanieves), la Granja es un terreno anexo a Villa Fábula al norte de la ciudad. Acoge a la mayor parte de las fábulas no humanas incapaces de pagarse un hechizo de glamour, al tiempo que sirve de retiro, penitenciaría y almacén de armamento pesado. Los contrastes con sus compatriotas urbanitas reflejan en el cómic el viejo conflicto de la lucha de clases, si bien todos ellos se unen siempre sin vacilación ante los ataques externos. Entre sus habitantes más ilustres están la reivindicativa Ricitos de Oro, Los Tres Cerditos, Los Tres Ositos, Shere Kahn, Bagheera y un largo etcétera.

El Adversario. Cabeza visible de un gran imperio, El Adversario (cuya identidad ya es conocida por los lectores españoles) y todas sus huestes de magos, orcos y trolls están fundamentados claramente en Saurón, el Señor Oscuro del Anillo. Cabe destacar, sin embargo, que los “reinos sometidos” son extremadamente calmos, con una arquitectura de corte renacentista, mayoría de habitantes de forma humana y un cuerpo burocrático muy desarrollado. Además, el ejército opresor incluye a otras fábulas de diversa naturaleza, como la bruja Baba Yaga (procedente del floclore eslavo) o la Reina de las Nieves (de un cuento de Andersen del mismo nombre). La ambición y maldad de su Señor, sin embargo, no tiene límites, y entre sus planes más próximos está el sometimiento de las fábulas árabes y la conquista de ese reducto de exiliados –nuestros protagonistas– que ha escapado a la conquista de las tierras europeas.

Habla el autor

¿De dónde nace la idea de un cómic como Fábulas? Uno podría pensar que en su génesis está la voluntad de sorprender y llamar la atención de la audiencia mediante la traslación a un sello para “lectores adultos” de los cuentos populares de siempre. Pero no. La voluntad es la de mantener vivos a estos personajes en un mundo cada vez más mediatizado por los videojuegos, el cine y las grandes epopeyas de espada y brujería, al estilo del Señor de los Anillos, las Crónicas de Narnia, Dragonlance y demás. Willingham lo reconoce sin paliativos: “siempre he amado a estos personajes de la mitología y el folclore y siempre los he usado en las historias que he escogido contar. Desde las historias de superhéroes hasta las de terror, siempre han estado entre bambalinas, de forma que era cuestión de tiempo dedicarles todo el protagonismo.”

Ahora bien, es innegable que si bien los personajes que ha “adoptado” son de dominio público (nadie tiene que pagar por su uso), sí tienen una fuerte presencia en el imaginario colectivo como para introducir cambios, aunque Willingham es muy claro a este respecto: “Para mi es fácil hacerlo porque, simplemente, no me preocupo por ello […]. Personalmente no me interesa la obra de ningún autor que se pregunte cuánto puede desviarse.” En todo caso, posee una explicación más elaborada para justificar su caso ya que más o menos viene a decir que, ya que se está basando en el folclore y los mitos populares y que estos han ido cambiando a medida que se han contado, lo único que ha hecho ha sido contribuir a que se transmitan de otra forma; es decir, continuar la cadena de cambios de las historias originales. Sólo que que, en vez de cambiar las historias en sí, las ha continuado.

En todo caso, de lo que no hay duda es de que Fábulas se enmarca dentro de una corriente de revisitación de estas historias. El propio Willingham admite que la serie fue aprobada por DC justo a la par que comenzaba la promoción de Shrek, película con la que Fábulas tiene algunos puntos en común. Esta “fiebre” es explicada por el guionista de la siguiente forma: “Tal vez todos nos hayamos cansado de la Disneyficación de nuestros cuentos de hadas y queramos de vuelta sus viejas, oscuras y siniestras versiones. En mi caso he usado material de antes de que estas historias se adaptaran a una sociedad más delicada, [pero al mismo tiempo] he forzado el análisis de estas viejas historias por parte de puntos de vista modernos.” Según el autor, algunos ejemplos serían el hecho de que El Príncipe Encantador fuera el galán final en varios cuentos (lo que sugeriría adulterio o divorcio de relaciones previas), los celos de Rosa Roja para con su hermana o la frustración sexual de un siempre niño Pinocho. Estos cambios citados son los que precisamente mejor acogida han tenido en USA. En especial los más sorprendentes para el autor son los casos de Barba Azul y El Príncipe Encantador, “retratados como dos canallas bastardos, cada uno a su manera” que aún así han caído bien a todo el mundo (cómo sólo los “buenos villanos” pueden hacer).

Otras influencias. Asimismo, Willingham también admite otras referencias, tal y como reflejan estas palabras: “En el arco argumental que tiene lugar en la Granja podemos ver influencias de ‘Rebelión en la Granja’, ‘El Señor de las Moscas’ o ‘Siete días de mayo’. Básicamente la serie puede verse influenciada por cualquier cosa que me interese.” Precisamente los primeros arcos de la serie son en los que a mi juicio más se observan los bandazos en el género de la historia, algo que también admite el autor: “Tenemos una historia de asesinatos, seguida por un thriller político, un “robo sofisticado” [en este contexto es la mejor traducción de ‘caper story’] una historia de amor en cuatro partes y, por último una larga historia de espionaje.”

En todo caso lo que más problema le da a Willingham es lo que él llama “balancear” la parte mágica de la historia con los aspectos humanos/realistas. Esto requiere tener que trabajar enormemente con los personajes principales. Precisamente por eso, Blancanieves y el Lobo Feroz son sus favoritos: “Ejemplifican perfectamente la premisa fundamental de esta serie, en la que ambos son personajes completamente diferentes a los que eran en los cuentos originales. Ellos han mutado a nuevos personajes a través de una evolución estratificada justificada y comprensible basada en todo lo que les ha ocurrido desde que los conocimos hasta su aparición en la serie. Por supuesto que los lectores no conocen cada acontecimiento que les ha hecho cambiar, pero yo sí y, eventualmente, lo iré revelando.” Como vemos, es esta humanización la que permite ese “balance” del que hablábamos al comenzar el párrafo: la humanización de un personaje mágico como forma de hacerlo creíble; realista.

Equipo creativo. Uno de los aspectos que hacen a Fábulas especial es el hecho de tener un equipo artístico distinto para cada arco argumental; una elección personal que Willingham hace y explica a la perfección: “Tiene dos ventajas incuestionables sobre hacerlo con un solo artista. La primera es que lleva un cierto tiempo dibujar cada número de la serie, y hacer un buen trabajo lleva aún más tiempo […] Y nosotros queremos que Fábulas salga mensualmente. Así que, con múltiples dibujantes, podemos darle a cada uno el tiempo que necesite para completar su arco argumental, mientras otros trabajan simultáneamente en diferentes arcos. En un mismo momento, podemos tener tres o cuatro dibujantes trabajando en diferentes historias. Segundo, así puedo trabajar con varios dibujantes excepcionales, en vez de hacerlo con uno solo.”

De lo que no hay duda es de que tenemos Fábulas para rato… “cada historia implica nuevas preguntas que introducen nuevas historias y así hasta que todo se sale fuera de control. Tengo más ideas para arcos argumentales de Fábulas de las que podría hacer en una vida, y sólo acabamos de empezar. La parte fácil del trabajo: cobrar los cheques. La más difícil: todo lo demás.”

Análisis conceptual

De todas las frases de Bill Willingham que pueden leerse en las entrevistas que le hacen los medios especializados, hay en concreto dos que suponen el pilar fundamental de esta magnífica serie que es Fábulas. La primera de ellas, citada en el apartado anterior, es la siguiente: “Siempre he amado a estos personajes de la mitología y el folclore y siempre los he usado en las historias que he escogido contar” (Bill Willingham). Seamos sinceros ¿quién hoy en día cuenta a sus hijos los cuentos que nos contaban a nosotros de pequeños nuestra abuela o nuestra madre? Peor ¿quién los recuerda todos sin acudir a alguna obra de consulta a leerlos?

Es innegable que la sociedad está cambiando: internet, videojuegos, películas, dibujos animados algo descerebrados o hasta nuestro medio (el cómic) son factores que –unidos a la incorporación de la mujer al mercado laboral, la sobresaturación en la jornada de trabajo o la despoblación de las áreas rurales– están condicionando una forma distinta de vivir la infancia. Hoy en día, la mayor parte de los niños la viven solos. Nadie tiene tiempo para ellos ni para narrar esas viejas historias que nos solían susurrar antes de acostarnos y que implicaban a niños diminutos, muñecos de madera, lobos que soplaban y abuelitas desvalidas. Pero es que además, muchos de nosotros las hemos olvidado y en muy pocas casas hay ejemplares de los cuentos de Andersen o los hermanos Grimm. En efecto, una cultura que era de transmisión netamente oral se está perdiendo por esa falta de tiempo y de memoria que hace a las tradiciones desvanecerse en las arenas de la historia para no ser desenterradas jamás.

Por si fuera poco, una nueva mitología está sustituyendo a la antigua: El Señor de los Anillos (una obra que antes no se leía por su densidad hasta los trece o catorce años) se ha popularizado mediante las películas; Matrix es nuestra trilogía generacional; Harry Potter es todo un fenómeno y niños de apenas nueve años disfrutan del Halo 3 en su flamante Xbox 360. Incluso si alguien les contara ahora, hoy en día, algún cuento de ese imaginario popular clásico, lo más probable es que el chaval estallara en una carcajada ante lo pueril de la materia. Las propias películas de Walt Disney, último bastión de Aladino o Blancanieves son hoy en día pasto de una infografía mucho más competitiva que introduce de paso guiños para los adultos acompañantes de turno.

¿De qué modo salvar pues, nuestros recuerdos? Mediante la revisitación. Lo que no puede subsistir se reformula. Como en el Gatopardo, todo debe cambiar para que todo siga igual. Y Fábulas, bastión de la revisión de los cuentos clásicos de hadas en el mundo del cómic, es además un brillante ejercicio metaliterario en el que los personajes de siempre se ven obligados a abandonar su mundo (las historias clásicas) ante al avance de un misterioso y omnipresente ejercito invasor formado por orcos y remedos del agente Smith (los nuevos fenómenos de masas) y venir a parar a un mundo donde, más adultos y complejos, viven nuevas aventuras (su renacimiento ficcional y real para un público que ha crecido). Si yo fuera Willingham ya sabría exactamente cómo acabar Fábulas: destapando la tapadera de Villa Fábula y haciendo a los mundanos ayudar a los exiliados a vencer al ejército del Adversario y retornar a sus hogares. El final poético. La justicia perfecta.


Pero he dicho que había dos frases que condicionaban esta obra, y la segunda (al menos para mí) es ésta: “Siempre quiero saber qué pasa después en cualquier historia que leo” (Bill Willingham). En otras palabras, lo que no evoluciona está muerto. La vida no tiene fin y, cuando lo tiene, unos creen que todo se acaba y otros piensan que se pasa a una vida mejor. En cualquier caso, algo distinto. Pero si el arte imita a la vida (o al revés), ¿cómo es posible que las obras de arte que se desarrollan temporalmente acaben? No sabemos qué le ocurre a Edmundo Dantés cuando parte al final de El Conde de Montecristo ni sabemos qué ocurre con Travis Bickle después de salvar a una jovencísima Jodie Foster. Tampoco sabemos a dónde cabalgan Jesse y Tulip al final de Predicador ni qué aventuras correrá Christopher Chance después del último número de Blanco Humano, cuando se aleja taciturno de su casa. Tampoco sabemos qué ocurre el día después de la caída de la sociedad fascista de V de Vendetta.

Cualquier final en un libro, una novela, un cómic o una película es falso y rompe la credibilidad de la historia. Permite hacerla redonda, hacer que signifique algo; es cierto. Pero también destruye toda la ilusión de existencia de sus personajes. Sólo la creación constante de historias nuevas e imprevisibles puede imitar a una vida en la que no se pueden ni anticipar acontecimientos, ni repasar las páginas ni rebobinar y reproducir de nuevo. Así que, si realmente amas a un personaje y tienes inventiva, simplemente lo mantienes ahí, imaginando nuevas peripecias, haciéndole avanzar existencialmente a medida que uno mismo crece.

Lo que hace Bill Willingham en Fábulas es mantener vivos aquellos personajes que ama, evitando romper su ilusión de existencia dejándolos sin aventuras que vivir. Y sinceramente, espero que lo siga haciendo mucho tiempo. Como poco, entretiene. Como mucho, mantiene con vida para otros con menos inventiva que él personajes que nunca deberían morir.

Aspectos técnicos

Hay dos o tres expresiones que nos permiten catalogar y definir el aspecto técnico de una serie como Fábulas, en la que la precisión se hace extremadamente difícil en tanto en cuanto existe una frecuente permutación en el equipo artístico y gran longevidad en cuanto a periodo de publicación se refiere. A nivel compositivo podemos decir que la serie tiende a ser ecléctica y clásica a la vez. Es ecléctica porque no hay ningún tipo de viñeta predominante, pudiéndose encontrar cualquier tipo de formato: viñetas cuadrangulares, viñetas redondas, paginas sin viñeta (el personaje sobre un fondo blanco no delimitado), viñetas a una sola página, viñetas panorámicas, etc… No obstante, el estilo suele permanecer homogéneo entre arcos argumentales dibujados por el mismo autor (pero no necesariamente en arcos distintos). Valgan como ejemplo las dos páginas que vemos a continuación, dibujadas ambas por Mark Buckingham, una con una composición regular y la otra con profusión de superposiciones.

Partiendo de esta base también podemos afirmar que la composición es clásica: aunque el formato de viñeta varía y condiciona evidentemente el formato de la pagina, éste no suele destacar excepto en contadas ocasiones. Es decir, la disposición de las viñetas entre sí suele atender a cánones clásicos con respeto al espacio interviñeta (de color, o incluso levemente historiado) y pocas veces hay en la composición de página recursos que descoloquen o aturdan al lector, si bien sí pueden llamar frecuentemente su atención.

El conjunto compositivo se hace así muy funcional (se usa lo que hace falta cuando se considera necesario para crear un efecto), con la única concesión estética de intentar semejar esos libros pesados de cuentos y hechizos presentes en la imaginería popular, que ambienta todas sus historias en un ambiente pseudomedieval. Esta forma de componer el diseño de página otorga a la obra una cohesión mucho más compacta que otras (como The Sandman o Promethea) que prescinden del criterio funcional para distribuir las viñetas en base a criterios estéticos o experimentales. Bajo esta perspectiva se encontrará que la composición en mayor medida que el propio dibujo es lo que hace compacta a una obra serializada: todos los volúmenes de Fábulas guardan entre sí parentesco; todos recrean formalmente el mismo universo ficcional, característica que en aquellas otras obras no se intuía tan claramente.

Donde el análisis se hace ya imposible es en el dibujo, aunque también en esto puede verse intención. Partamos del hecho de que cada lector se imagina a las fábulas a su imagen y semejanza a partir de una base más o menos común de origen literario u oral (por ejemplo, a nadie se le ocurriría imaginarse a Blancanieves rubia o a Cenicienta morena). Si el cómic sentase claramente un canon a partir del cual imaginar a las fábulas, esa representación comenzaría a ser equivalente entre los distintos lectores, rompiéndose en cierta medida el carácter etéreo y universal de las mismas.

Así pues, tenemos que, siguiendo la analogía, la base común a partir de la cual se recrean los personajes del cómic es el dibujo de Mark Buckingham, contribuyendo el resto de los dibujantes a aportar un estilo propio que, por una parte, haga patente ese carácter etéreo y cambiante de los mitos del folclore y, por otra, haga imposible que la obra asiente una imagen mental clara de las fábulas en el lector. Pero es que, incluso el dibujo de Mark Buckingham difiere entre sí y, a poco que lo analicemos, vemos que cumple una función similar.

Buckingham define a los personajes a partir de su ropa, su expresión general (asociada a rasgos generales de la personalidad), su cabello y sus proporciones anatómicas. En las características faciales sin embargo se muestra muy original. Como otros dibujantes, se centra en los rasgos principales (ojos, nariz, cejas, boca) usando una línea precisa para luego opcionalmente añadir detalles cuando gusta (arrugas, sombras, barba). Pero sin embargo, cuando pasa de un plano medio a un primer plano, no aumenta el grado de detalle o lo deja igual, sino que cambia esos detalles e incluso los rasgos principales, haciendo imposible aprehender fisonomía alguna. El personaje en el cual esto se hace más patente es en el Lobo Feroz. Estoy seguro de que es imposible para cualquier lector imaginarse su aspecto… sí… sabemos que es un tipo trajeado informalmente con gabardina, pelo lacio y largo y de complexión más o menos atlética (e incluso esto cambia). Pero… ¿cuál es el grosor de su nariz? ¿hasta donde llegan sus cejas? ¿cómo son sus ojos? Lo más que se puede decir de él es que parece eternamente enfurruñado.

Mención aparte merecen un Daniel Vozzo en estado de gracia con una paleta inspirada y luminosa y, especialmente, el portadista James Jean. Artista e ilustrador educado en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, Jean ha trabajado para las publicaciones de mayor prestigio a nivel mundial (incluyendo Rolling Stone, Time Magazine o el New Yok Times) y, desde su graduación en 2001 ha conseguido, entre otros premios, tres Eisners consecutivos y dos Harveys (también consecutivos) por su trabajo Fábulas, Batgirl o Runaways. Su dominio de la composición y la tipografía, su exquisita elegancia estilizada para con formas y volúmenes, y un uso del color muy selectivo, hacen que su trabajo siempre sea soberbio. Como muestra, además de las cubiertas de los TPB que he ido “soltando” a lo largo del artículo, os dejo estas dos portadas (en su página podéis ver todas las de la serie):

Es a partir de este tomo cuando vemos arrancar además una línea clara de lo que será el argumento principal de la serie –la guerra contra el Adversario–, apenas esbozada en los números anteriores. Las tramas que antes resultaban inconexas se transforman así en peripecias vitales que desarrollan aspectos concretos de los personajes; dejan de ser “diversas historias con los mismos protagonistas” para convertirse en adornos de un tapiz mayor. Este nuevo desarrollo de los acontecimientos alcanza su clímax más alto en el periplo del Chico de Azul por las Tierras Natales en el tomo del mismo nombre, sin duda la mejor historia hasta ahora de toda la colección.

El único y gran peligro de esta serie es que le pase lo mismo que a Hellblazer: que se disperse tanto en su narrativa, que ese “tapiz” se haga tan grande, que llegue un momento en que las historias vuelvan a ser inconexas y la trama principal irrelevante. De momento no es así: cada tomo refuerza el mundo épico que Willingham ha creado para nosotros, volviéndolo complejo y fascinante.

Páginas recomendadas

El primer número de la colección regular y del spin-off Jack de las Fábulas, en inglés y desde la página oficial de Vertigo. Como siempre, recomiendo hacer click con el botón derecho y guardar a disco duro.
Otro clásico de esta sección son los enlaces a artículos sobre la serie en las principales páginas de consulta: guiadelcomic (muy buena información, pero poca vigencia de los enlaces), Wikipedia en inglés (muy interesante por sus apartados) y Comic Book Database. Este último link posee entradas para cada número y tomo de la serie.
Lo mismo para la serie de nuestro amigo Jack: Wikipedia en inglés y Comic Book Database.
Entrevistas a Willingham a raíz del comienzo de publicación de la serie en Comic Book Resources: 1 y 2, largas y tremendamente interesantes.
Dos páginas de referencia. La primera es la comunidad oficial Fabletown, un foro en internet altamente especializado donde debatir acerca de la serie y en el que Willingham gusta de meterse a conversar con los lectores de vez en cuando. La segunda es una página que Jose A. Serrano recomienda en su reseña sobre Fábulas y que no puedo sino suscribir tras haber realizado mi propia búsqueda en internet: Fables, Fairy Tales, Stories and Nursery Rhymes, en la que explorar los cuentos e historias originales en los que nacieron los personajes del cómic.
Y para terminar dos buenas recomendaciones de obligada visita. La primera lleva a la página oficial del portadista de la serie James Jean, desde la que se tiene acceso a las portadas originales de cada número y las cubiertas de los tomos (piezas realmente exquisitas que he procurado repartir a lo largo de la reseña). La segunda lleva a un avance publicado en Zona Negativa por Sergio Robla de 1001 Nights of Snowfall, la novela gráfica que Planeta publicará en diciembre de este mismo año.

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