lunes, abril 2

Domingo gris, lluvioso y mortal



Este domingo he ido al tanatorio para dar el pésame a uno de mis mejores compañeros de trabajo, una persona que se puede clasificar como un pedazo de pan, que ayuda a los demás y a la que todo el mundo le gustaría tener como amigo y compañero; pero en cuestión de 3 años que hace que le conozco ha perdido a su padre de 68 años y ahora a su hermano de 28 por cáncer. En un breve periodo de tiempo su madre ha perdido a su marido y a su hijo pequeño y él a su padre y al hermano que siempre ha protegido.

En estos momentos es cuando compruebas lo mucho que tienes y lo poco que lo valoras, lo poco que cuidamos algunas veces a los que tenemos a nuestro lado y lo importante que es algunas veces tener a tu lado no a tus familiares sino a tu pareja. Todos coincidimos en una de esas charlas que empiezan con un “pobre fulanito” en que gracias a que tiene una chica a su lado ha podido sobrellevar mejor tanto la enfermedad de su hermano como su posterior fallecimiento. Que todos sabemos que somos autosuficientes, que venimos a este mundo solos y moriremos solos pero la vida que es una cabrona con MAYUSCULAS nos reta dia tras dia a nos levantemos después de cada golpe, y no hay nada mejor para levantarse y seguir luchando que la mano de la persona que quieres.

Ahora solo falta que pueda arreglar todo el papeleo que la burocracia ha convertido la muerte de nuestros seres queridos para volver al trabajo y, aunque suene cruel, seguir con la rutina diaria, esa rutina que le salvara de hacerse preguntas incómodas como los motivos que tiene algo, alguien o simplemente la vida para castigar a una persona que no tiene maldad alguna y no darle un momento de respiro ni esperanza en algunos momentos. Quince dias para dar consuelo a su madre que ya se ha refugiado en las pastillas para combatir la depresión de ver a su hijo enfermo y ahora muerto, a los demas miembros de la familia y a sí mismo.

Me resulta gracioso que en cuanto ha empezado a llover un poco todos hemos buscado la excusa del tiempo desfavorable para salir de ahí y dejarle con los familiares (aunque hemos estado una hora con él), refugiarnos en charlas intrascendentes en un bar tomando primero café con leche para recuperarnos del chaparrón y después unas jarras de cerveza hablando con los compañeros que se marcharon de las novedades y de la vida de cada uno. Todo para evitar hablar de lo que a nadie le gusta, la muerte y de lo corta que es la vida ese “no sabemos cuándo nos va a tocar” totalmente cierto… muchas veces esperamos llegar a los 80 años cuando a nuestra vida solo le quedan pocos años de existencia… seguro que el hermano de mi compañero hace unos años se imaginaba casado y con hijos o viviendo con su novia sin preocuparse de un cancer que le iba a comer el cerebro y esas ideas cuando menos se lo esperase.

Un beso a todos… larga y próspera vida.

2 comentarios:

Eva dijo...

La vida es lo que tiene, compañero... como decía John lenon, es lo que te pasa cuando estás ocupado en otras cosas. Siempre nos creemos que venimos aquí con un contrato indefinido, o al menos con una fecha de caducidad lejana, que nunca llega y si lo hace va a ser a los 90, cuando ya estemos demasiado gagá para enterarnos... Pues no, por lógica se supone que vamos a durar más de 80, pero esa certeza no la tiene nadie. Pero sinceramente ¿quien es capaz de vivir cada día como si fuera el ultimo?... Eso sería un suicidio en masa. Mejor creer que vamos a estar un tiempo aquí, y que tenemos cosas importantes que hacer mañana... yo, mismamente, pasar la tarde contigo.

Besos.

mithras dijo...

EVA: Por eso pasamos cada tarde como si fuera la ultima, o por lo menos intentamos pasarla lo mejor posible. Eres una de las personas que me hace seguir al pie del cañón en mas de un sentido... TU ERES TU Y NO DEJES QUE NADIE TE CAMBIE.

MIL MARAVILLOSOS BESOS.