Las mariposas en el estomago se mueren

Nadie es un experto en relaciones personales y aquí solo cuento mis opiniones personales que no sientan cátedra ni nada parecido, una conversación rescatada hace algunos meses entre ESA chica y un servidor, hablando de lo de siempre, de los difíciles que son las relaciones entre las personas, algunas veces nosotros mismos las hacemos difíciles, aquí teneis la conversación punto por punto. Cuando va pasando el tiempo en la relación esas mariposas que sentimos todos en el estomago dejan de sentirse, no porque no queramos a esa persona sino porque con los sucesos que van pasando en nuestra vida dejas de mirara a los ojos en los intermedios, no se te ocurre sorprenderla dia si dia no con algún detalle. Todo empieza cuando los amigos te proponen unas cervezas justo antes de una cita con tu mujer, cuando en lugar de ir a pasear piensas que estas muy bien en el sofa de casa viendo la tele, cuando en lugar de cenar fuera te apetece mas irte de copas con algún amigo o amiga, cuando sin proponerlo dejas de abrazar a tu mujer mientras esta haciendo cualquier cosa en una habitación.

Mis relaciones no han sido suficientemente largas para vivir todo esto de primera mano, pero si el comienzo de todo esto, cuando la otra persona piensa en hacer algo sin ti, cuando los momentos que compartíais juntos ya no son tan felices como antes. Algunas veces os quejáis de que los tios no expresamos nuestros sentimientos, que los hombres no hablamos con las mujeres, que nosotros no abrimos nuestros corazones, solo en contadas ocasiones. Pero quizá a ti te gustaba esa persona tal como era cuando le conociste, lo que no puedes pretender es que esa persona cambie a tu lado, nadie cambia con el paso del tiempo, el carácter se acentua, con el paso del tiempo ya no te piensas las palabras antes de decirlas, si antes tenias que pensar las palabras para no faltar al respeto, ten por seguridad que el respeto no existe en la pareja. La persona de la que te enamoras a los veinte años, será la misma a los cuarenta, pero en esos veinte años sus manias de ser encantadoras pasarán a ser insoportables, los vicios graciosos ya no lo serán tanto, esa personalidad arrebatadora se transformará en inaguantable y un largo etc.

Según dicen después de un máximo de dos años toda la quimica se esfuma y solo queda el “amor”, todo lo que nos hacia volar hacia esa persona, todo lo que a nuestro cuerpo le hacia sentir acaba químicamente, en ese momento es cuando viene lo mas difícil, algunas veces te das cuenta antes, otras después; pero es cuando tenemos que ser consecuentes con nuestros sentimientos verdaderos y saber si con esa persona podemos seguir viviendo o ha pasado de ser un cuerpo que nos emociona a una personalidad detestable para nosotros.

He oido hablar de la crisis de los 2 años, de los 3 años, de los 5 años, de los 7 años, eso es una soberana idiotez lo unico que pasa es que cada cierto tiempo la vida hace que las personas evolucionen, evolucionar no cambiar, y al compartir nuestra vida con alguien ese alguien tiene que aceptar y comprender esa evolución y a ser posible compartirla. Después de 2 años se quiere algo mas en la relación, después de 3 años quiza compartir una vivienda, después de 5 pensar en un futuro mas a largo plazo, después de 7 años unos hijos, etc, etc. En ese tiempo los dos deben querer y disponer de esa relación en todo momento. Una mariposa puede morir cuando alguien propone vivir juntos y el otro no, otra cuando alguien decide comprarse una casa y el otro asiente con cara de circunstancia, otra cuando alguien quiere compartir su vida con un hijo y el otro solo tiene ganas de vivir la vida en pareja, otra cuando simplemente quieres estar 7 dias a las semana con alguien y la otra persona solo los fines de semana.

Una mariposa murió cuando mi novia se gastaba el dinero de las vacaciones antes de tiempo, otra cuando la dijeron que por una cana al aire no pasaba nada, otra cuando yo decidí no contarle mis problemas porque ya tenia ella suficientes con los suyos, otra cuando a mi me apetecía quedarme 15 minutos mas en el trabajo o con los amigos antes de ir a nuestra casa, otra cuando a ella le daba igual hacerme daño, otra cuando yo decidi esperar un mes para poder disfrutar de su caida. Es como quitarle los petalos a una margarita, pero en lugar de un “me quiere, no me quiere” es como si nos arrancásemos un sentimiento menos que nos despierta una persona.

De ser nuestra pareja ideal acaba siendo un extraño del que solo nos importa una hipoteca conjunta, unos niños en común, o una mínima estabilidad en un mundo de caos.