viernes, diciembre 2

Seguimos con Rumania...


Extraido de El Mundo Digital:

Nadie lo sabe a ciencia cierta, aunque no faltan teorías: «Para empezar, son mujeres muy atractivas, cultas y educadas, acostumbradas a una vida dura que las hace madurar tempranamente. Además, tienen unas ansias increíbles de vivir y escapar de su mísera situación.La mayoría está dispuesta a entregar su juventud y lealtad a cualquier hombre bien situado, a cambio de una vida mejor en España. Esto puede ser aplicable a las mujeres del Este, en general, pero el caso de las rumanas es especial, por su carácter latino y la facilidad con la que aprenden nuestro idioma», dice Luis Rueda, un economista madrileño de 46 años, que lleva tiempo buscando pareja a través de Internet.
Rueda representa a la perfección el prototipo de hombre de mediana edad, separado, establecido y desengañado de muchas cosas, que viaja a Rumanía con la esperanza de encontrar a la mujer de sus sueños. «Y, mientras llega, algún liguecillo tampoco viene mal», añade, sonriendo maliciosamente.
A tres euros la bebida más cara, se muestran generosos y no dudan en invitar a todas las amigas de sus parejas. Antes, habrán cenado opíparamente, por apenas 10 euros por cubierto, en cualquier restaurante de moda.
Los clientes pagan entre 10 y 500 euros según el tipo, la cantidad y la inmediatez de la información que quieren conseguir: ver sólo la foto, saber los gustos, costumbres, medidas y, finalmente, un contacto directo con ella. Los precios más altos incluyen catálogos con cientos de mujeres de entre 16 y 60 años -aunque la mayoría son muy jóvenes-, similares a los que ya existen en otros países.
Ellas no pagan nada. Acuden con sus mejores ropas a la oficina de la agencia para hacerse la obligada foto para el catálogo y regresan a sus casas discretamente para que sus padres no se enteren. Los requisitos que tienen que cumplir no varían mucho de una agencia a otra: no aceptar dinero de los hombres, responder a todos los mensajes, verificar el correo electrónico una vez por semana, invitar al personal de la empresa a la boda (si la hubiera) y exonerar a la agencia de cualquier responsabilidad en caso de que el hombre en cuestión sea un pervertido, sádico o maltratador.
En términos físicos, la belleza de las mujeres rumanas es incuestionable.Por su sangre y en sus rasgos han dejado marca los conquistadores otomanos del sur y los austrohúngaros del norte. En Valaquia, la región meridional que desciende desde la cordillera central al Danubio, pueden verse muchos rostros morenos que denotan el ascendente latino, mientras que en Transilvania, al norte de las montañas que dividen el país, son frecuentes los cabellos rubios y ojos claros que revelan la herencia centroeuropea. Bellas mujeres que enloquecen a empresarios, agricultores, ejecutivos de multinacionales... y mafiosos
Seguro que el idioma no fue problema para la pareja de enamorados.Nuestra lengua es profusamente hablada y universalmente chapurreada allí. La mayoría de los 1.500 alumnos del Instituto Cervantes en Bucarest son mujeres jóvenes. A las que no quieren pasar por las aulas les basta con encender la televisión para aprender castellano, eso sí, con acento venezolano. Las telenovelas suramericanas arrasan en la programación de todas las cadenas.
Hay alguna que emite telenovelas venezolanas, peruanas, o mexicanas de la mañana a la noche, con índices espectaculares de audiencia.Los culebrones se emiten en versión original subtitulada y es tal la pasión con que las románticas rumanas siguen cada capítulo, que llegan a aprenderse de memoria frases enteras, de este tenor: «Mi amor por ti, Luis Andrés [aquí las más avispadas colocan el nombre de su interlocutor] es tan grande que, pase lo que pase, seré sólo tuya hasta después de la muerte».
A golpe de telenovela, las rumanas se introducen en la lengua de Cervantes. Para ellas, el castellano está indisolublemente unido a los sentimientos, al amor y al romanticismo, terreno en el que hasta las más jóvenes se desenvuelven con pasmosa elocuencia.«Yo aprendí español viendo culebrones. Nunca lo he estudiado», dice Andrea, una preciosa rubita de 18 años que habla nuestro idioma con desparpajo.
En cambio, Simona, su hermana de 26, lo aprendió hablando con su novio, un sesentón catalán, a quien conoció hace unos meses de forma rocambolesca. Pedro llevaba tiempo chateando por internet con la jovencísima Andrea, hasta que un día decidió venir a conocerla.Nadie sabe con certeza lo que ocurrió en tal ocasión, pero el caso es que Pedro terminó conquistando a Simona, la hermana mayor de Andrea, que no hablaba español y a la que ahora visita con frecuencia. Ambos mantienen una relación peculiar, pero para nada infrecuente en Rumanía.
Para Simona, él es su «novio» y no sale nunca con ningún otro hombre «porque es muy celoso». Pero no alberga ninguna esperanza de casarse un día con él: «No, no tengo planes de vivir con él en España, aunque me gustaría». ¿Por qué no? Simona, bien aleccionada, no quiere profundizar en el tema: «Sólo somos novios», se enroca, «y no quiero hablar más porque se trata de un hombre muy importante, a quien no quiero perjudicar».
Un caso parecido es el de Mónica Popescu, una estudiante de Tulcea, en el delta del Danubio, que confiesa «estar muy enamorada de un hombre español, pero sufro mucho porque sé que él tiene su vida organizada en España. Me dice que busque otro compañero que pueda hacerme feliz, pero le quiero a él».
Hay muchos hombres de negocios que tienen que viajar con frecuencia a Rumanía y se buscan una amante joven y atractiva para entretener sus viajes, mientras mantienen su vida familiar en España», asegura por su parte Anca Petrescu, una economista treintañera que vive en Madrid. Anca, que lleva años afincada en nuestro país y ha mantenido relaciones con varios españoles, cree que no caben las generalizaciones. En su opinión, las mujeres rumanas son mucho más conservadoras que las españolas y, al cabo de un tiempo, se produce un desencuentro cultural que acaba con la mayoría de las parejas.
No lo ve así Teodoro Merino, un empresario vallisoletano de 24 años, que ha puesto a su abogado a trabajar a toda máquina para arreglar cuanto antes el papeleo y poder casarse con Michaela Marin, cuatro años mayor que él y madre de dos niños, la pequeña enferma de leucemia. «Me enamoré perdidamente de ella, vivimos juntos y después fui a visitar a su familia. Durante el tiempo que estuve allí, sufrí un ataque de apendicitis y tuvieron que operarme de urgencia. Michaela no se separó ni un momento de mi lado. Quiero casarme cuanto antes e invertir en Rumania, un país baratísimo y con grandes perspectivas de crecimiento». ¿Y qué tiene Michaela que no tengan las españolas? «Sobre todo, respeto. He tenido otras novias, pero ninguna española me ha respetado de la manera que ella lo hace».
Según Anca Petrescu, «quienes están más satisfechos con las rumanas son los hombres mayores de 45 años que se juntan con chicas más jóvenes y menos exigentes. Hay que tener en cuenta que la pobreza es un elemento esencial de estas relaciones y las chicas rumanas son muy trabajadoras y familiares y hacen a la perfección el papel de ama de casa tradicional que tanto gusta a los hombres».
En eso coincide totalmente Luis Rueda, que ve en las rumanas «un tipo de mujer que ya no queda en España. Yo estuve 15 años casado, hasta que me enamoré de una rusa y reencontré la pasión perdida. Esa relación sólo duró un año, pero me sirvió para descubrir a las mujeres eslavas, para mí las más bellas, elegantes y atractivas del mundo. Las españolas de mi edad suelen tener muchos traumas y las jóvenes son muy inmaduras», asegura.
Y aunque algún alcalde del campo onubense no esté de acuerdo, algo de cierto hay en lo que dice Cioc. Las chicas rumanas jamás aceptan dinero, ni siquiera para pagar un taxi. A los 50.000 rumanos que viven legalmente en España no les gusta que se hable de la Cuba del este. «Hay muchas más rumanas ejerciendo la prostitución en España que en mi país», argumenta una joven estudiante de Trasilvania.

Todo esto da para reflexionar mucho, coincido con todo lo que dicen, la manera de ser de ellas, amas de casa desde que nacieron y que el choque cultural puede que de al traste con la relación, he puesto este par de post quiza para reflejar algun sentimiento que nisiquiera se que tengo... y ademas como estamos en fin de mes, habra mucho trabajo el 1 y el 2 de diciembre por lo que asi ya estan puestos...
Feliz Diciembre....

1 comentario:

gemuchi dijo...

vaya vaya, así que adelantando trabajo?eso sí es una buena gestión del tiempo!jajaja

Bisous