lunes, marzo 24

Cap: 813. Cambios

Despues de mucho esperar empiezo a experimentar con plantillas nuevas, aqui teneis el experimento. Agradeceria a cualquiera que me explicara cómo puedo mover la columna de datos personales y demas a la izquierda, para que se vea mejor la ilustración de Luis Royo.

Muchas gracias a Eva por ayudarme con la plantilla, y por anticipado a quien me pueda ayudar a perfeccionarla.

A partir de hoy escribiré con mayor regularidad e ire añadiendo los enlaces que tenia en el otro blog poco a poco.

Un abrazo/beso a todos, el dios pagano ha vuelto.

8 comentarios:

Always Candy dijo...

Me gusta mucho como ha quedado,... ya miraré en casa a ver si se puede ver con firefox.

Besos!!!

Always Candy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
mithras dijo...

Candy: Ya te digo yo que si,y si alguien tiene alguna idea para mover las columnas del blog, un correito.

Anónimo dijo...

Si mueves la columna o sidebar al lado izquierdo, el problema sería el mismo, ya que el main o entradas ocuparía su lugar, de tal manera que en la imagen de fondo seguiría sin verse la parte del personaje que quieres...

Quizás podrías probar a mover todo el blog un poco hacia la izquierda, no queda mal y tal vez lograrías el efecto que quieres...

Usa la vista previa por si el resultado no te satisface.

Busca esto en el código de tu plantilla:

#outer-wrapper {
width: 660px;
margin:0 auto;
padding:10px;
text-align:left;
font: normal normal 100% Georgia, Serif;
}

Y déjalo así:

#outer-wrapper {
float: left;
width: 660px;
margin:0 auto;
padding-left:90px;
text-align:left;
font: normal normal 100% Georgia, Serif;
}

En padding-left: 90px; puedes controlar la distancia del blog al borde de la pantalla por la parte izquierda.

Si aún quieres probar a mover la sidebar al otro lado, busca esto:

#sidebar-wrapper {
width: 220px;
float: right;
padding: 5px;
border:1px solid #D5AA80;
background-color:#F7EEE6;
filter:alpha(opacity=80); -moz-opacity:0.80; opacity:0.80; -khtml-opacity:0.80;
word-wrap: break-word;
overflow: hidden;
}

Y donde pone float:right cambias right por left.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola,

Encantada de conocerte acabo de descubrir tu blog por medio de otro y me ha encantado ver que hay hombres que se distraen con las mismas cosas que yo, las chicas gilmore, Angelina Jolie…

Acabo de descubrir tu blog y aun que he visto que llevas tiempo reflexionando, es lo que pasa cuando te dejan y buscas respuestas a lo que te pasa ( a mis 27 no habia sentido antes tal desazon…) y que mejor sitio que la red (o en los libros) y te das cuenta que algo que no tenia importancia en un primer momento la tiene y muchos otros se preocupan o les preocupan las mismas cosas que a ti.

En el ansia de encontrar respuestas, leí un libro de Lucia Echevarria que se titula "Ya no sufro por amor” no esperaba encontrar una solucion pero si un lexatin para mi cabeza y es lo que estoy encontrando.

Al grano… Te pego este fragmento de su libro, haber que te parece?

Todo empieza en el hogar, ese espacio seguro y confortable en el que sin contar con nosotros, no en todas las ocasiones deseándonos, se nos ocurre formar parte de él y de su entramado de relaciones. Esa conexión primera que surge con el primer enlace afectivo con los padres o cuidadores concidionará el futuro de nuestra personalidad y nuestras relaciones futuras.
John Bowbly fue el primero en defender una teoría del apego (1969) y su división en los tres tipos (seguro, evasivo o ansioso) de personalidad. Gracias a ésta hoy se puede entender el proceso de la personalidad del ser adulto, sus diferencias individuales, la forma de relacionarnos, así como los mecanismos que desarrollamos en nuestros procesos cognitivos y emocionales.
Queda claro que dentro de un mismo hogar no todos responden a un mismo tipo ya que la relación de un niño con su madre o cuidadores dependerá de acontecimientos que van más allá del mero vínculo madre/cuidador/a- hijo/a. No es lo mismo tener un hijo a los veinte años cuando tú mismo estás dedicándote a encontrar todavía tu espacio y lo tienes que dejar en manos de otras personas (abuela, guarderías) que a los cuarenta cuando la aventura de ser madre puede ser lo único que te quede para sentir que tu ciclo vital está ya en paz. No es lo mismo ser el hijo mayor que el pequeño o el mediano, ese sitio un poco tierra de nadie. El modo de relacionarse el niño con la madre, o persona sustituta, será el que al final de la infancia se utilice como patrón o modelo a la hora de desarrollar la convivencia con otras personas (amigos, hermanos, pareja). Y si ya es complicado, hay que añadir que estos modelos no son rígidos y puede suceder que un acontecimiento determinante, positivo o negativo, a lo largo de la vida de una persona le lleve a que sus futuras relaciones sean muy distintas que de no haber sucedido.
El seguro.
De niño en presencia de la madre se mostraba amable y cariñoso con ella y buscaba el contacto físico como visual incluso haciéndola partícipe de sus juegos. No sufrió el abandono (se entiende por tal los periodos que ésta lo dejaba al cuidado de otras personas) de la madre como algo traumático. Se mostraba amable con el cuidador y cuando la madre volvía se abrazaba a ella mostrándose feliz por su regreso para pasar a seguir haciendo lo que estaba antes del regreso de la madre.
De adultos son personas que se relacionan con facilidad. No les resulta desagradable depender de los demás y que estos a su vez dependan de ellos. Se sienten cómodos ante la posibilidad de una dependencia afectiva porque la viven como algo donde se construyen espacios comunes. No se inventan historias de abandonos, ni les preocupa la posibilidad anticipándose a ella mientras no vean claros indicios. Por lo tanto, no son celosos. Buscan el apoyo de sus parejas cuando las necesitan, estando disponibles a su vez cuando son necesitados.
Expresan abiertamente sus preocupaciones no dudando en transmitirlas, sin utilizar estrategias defensivas, ni destructivas, más bien resoluciones de problemas que impliquen compromisos que no dudan en aceptar. Es confiado con las personas y tiende a pensar que la bondad existe, la vida en sí misma es buena con ellos. Creen en la existencia del amor romántico y perdurable. Tienden a tener relaciones largas en las que existen grandes dosis de confianza, compromisos e interdependencia. La fidelidad o espacios comunes que impliquen renuncias los vive con naturalidad y no como una pesada carga.
Los seguros ante los contratiempos reconocen abiertamente su disgusto, pero buscan soluciones porque son bastante positivos. Son cálidos y no les preocupa mostrar sus sentimientos en público.
Pueden vivir sin pareja aunque tienden a buscarla. Es decir, son selectivos y si no encuentran la persona que les gusta no les preocupa estar solos y disfrutar de la soledad, pero si la encuentran (al ser más selectivos) no dudan de su elección y se deciden fácilmente a establecer compromisos. No son posesivos, creen en el amor y más que en eso en la posibilidad de que dure para toda la vida porque se esfuerzan por conseguirlo, pero del mismo modo, si una relación no les funciona no dudan en romperla después de haber agotado todas las soluciones posibles. Saben vivir el luto, el periodo de luto, y aprenden de los errores para volver a rehacer su vida.
Recuerdan a sus padres como personas afectuosas y cálidas a las que suelen tomar de ejemplo, como patrón, en sus relaciones, que estuvieron cuando los necesitaron, sin caer en la idealización.
Buscan información antes de lanzarse a construir opiniones, de tal modo que sus estructuras cognitivas son flexibles. Pueden adquirir ideas nuevas aunque eso les lleve a destruir antiguas, por poner un ejemplo puede que de niño fuese creyente y de adulto no lo sea, aunque llegar a esa conclusión les haya generado dudas o angustias son capaces de reorganizar sus esquemas una vez pasado el periodo de confusión. Y es precisamente lo que más les caracteriza su adaptación al ambiente porque suelen ponerse metas realistas.
El evasivo.
De niño en presencia de la madre no buscaba el contacto físico, tampoco dejaba lo que estuviera haciendo, aunque si mantenía un contacto visual de lejos. Ante el hecho de la separación de la madre no respondía como si fuera un drama (no dejaba de jugar, ni se mostraba triste) incluso se podía dar el caso que fuera más amable con su cuidador que con ella. Cuando volvía no se acercaba a ella "castigándola" con su indiferencia como respuesta a su abandono.
De adulto se siente incómodo con las relaciones íntimas o de amistad más profunda. Detesta la idea de depender de alguien sea en el campo emocional o en el económico. Son desconfiados y se quejan de que sus parejas les piden más de lo que pueden darles. Se consideran personas difíciles de conocer porque no se muestran, ni demuestran sus sentimientos de los que les cuesta hablar. Es reservado, valorando mucho la independencia.
Teme a la intimidad, porque fue maltratado en la infancia o bien lo vivió así, ("el abandono o distancia emocional son también tipos de maltrato"). De manera que asocia intimidad con dolor temiendo terriblemente ser abandonado. Así que lo que busca o necesita es alguien "cercano distantemente".
Cuando sufren estrés o temor tienden a aislarse incluso de sus parejas, aunque se sienten mejor si éstas les brindan su apoyo. Porque piensan que el amor romántico no existe o rara vez perdura, no suelen estar disponibles cuando sus parejas los necesitan o bien minimizan sus necesidades hasta el punto de hacerlas parecer ridículas. Piden poco, dan menos y huyen de la intimidad, pero no es más que un muro ante el miedo a un abandono que tarde o temprano terminan logrando generado por el mismo temor. No descansan hasta que consiguen ser abandonados para que al lograrlo demostrarse una vez más a sí mismos que no se puede confiar en nadie. Una dura estrategia defensiva.
Tienden a tener relaciones formales y distantes. Suelen ser amables y educados con los demás porque controlan una y otra vez sus sentimientos que les cuesta manifestar. Se les hace insoportable ver llorar o gritar a su pareja, incluso una posible pérdida de papeles de ésta la viven como una humillación. Si encuentran razones para romper lo hacen de la noche a la mañana sin sentir más remordimientos que los justos y necesarios.
Son infieles, pero porque una relación clandestina, o no, les aporta la tranquilizadora sensación de que no dependen tanto de su pareja "oficial". Puede incluso aparecer tras años de una fidelidad absoluta cuando se descubren dependiendo demasiado de su pareja.
Suelen tener estructuras cognitivas rígidas, no siendo muy receptivos a la información o puntos de vista que contradigan los suyos preconcebidos que les cuesta cambiar.
Dan la aparencia de estar muy capacitados para estar solos, pero lo que en realidad se esconde es una falsa autonomía defensiva porque aunque buscan la soledad tampoco disfrutan de ella demostrando una insatisfacción permanente. Como huyen de los compromisos, (no porque no los deseen, sino porque les da pánico ser abandonados) construyen muros emocionales insalvables, volcándose en su trabajo, sus aficiones o incluso algún tipo de adicción. "Algunos de sus muros son: La cólera. Sus reacciones pueden ser tan desproporcionadas para que su pareja se piense dos veces antes de plantearles qué temas, discutirles, contrariarles o preguntar. El silencio. Según qué demandas o preguntas se encierran en el más absoluto mutismo. Falsa madurez. Ante las demandas de la pareja responde con calma y amabilidad dando la sensación que la desequilibrada es su pareja por tener esas ideas tan peregrinas. Distracciones. Se mantiene siempre ocupado en presencia de su pareja. Puede suceder que en la casa tenga constantemente encendida la tele, la música o el ordenador o se le ocurra alguna actividad en la que no incluya a su pareja. (Una vez más el miedo a depender demasiado para que cuando me abandone yo ni lo note). La infidelidad."
A sus padres los recuerdan como personas frías, no siempre disponibles y de los que por una u otras razones percibían su rechazo. Aunque los hay que muestran una tendencia a olvidar o reprimir sensaciones o sentimientos desagradables y tienden a idealizar a aquellas personas (padres, hermanos, amigos o parejas anteriores) hacia las que se sentían o se sienten unidos o vinculados, pudiendo llegar a describirlas como maravillosas sin poder aportar demasiados datos objetivos al respecto. Estos últimos tienden a devaluar a su pareja actual y la acusan con frecuencia de histérica, celosa, entrometida, exagerada hasta que ésta los abandona y entonces sí la idealizan y la convierten en una persona maravillosa.
El ansioso.
De niño no podía despegarse de su madre y si ésta tenía que alejarse de él vivía la ausencia como un drama, no se mostraba amable con su cuidador, era incapaz de hacer nada mientras no volviera y a su regreso se aferraba a ella desesperado, llorando y/o enfadado.
De adulto es un dependiente emocional. Un adicto al amor. De tal manera que en la búsqueda de ese amor une un rosario de relaciones a cual más desastrosa, pero de las que se recupera en el momento en el que encuentra una nueva figura a la que amar con la misma intensidad que a las anteriores. O bien mantiene una durante años frustrante, dolorosa y digna de un culebrón. Presiona a sus parejas y las asusta con sus constantes demandas de todo tipo. Sus emociones se manifiestan al máximo, más pasión, más celos, más y más de todo. Tiene un gran deseo de proximidad y una enorme ansiedad ante el rechazo que busca de igual forma que el evasivo, porque en el fondo le aterra una relación verdadera ya que ante la posibilidad la boicotean para demostrarse que nadie les puede querer como ellos son capaces de querer.
Son desconfiados, tampoco se dejan conocer fácilmente porque temen ser heridos ante la posibilidad del abandono que ellos mismos provocan una y otra vez ante esa carrera frenética de demandas. No ignoran que necesitan/desean/necesitan, una constante atención en mayor grado que el resto de la gente, este conocimiento de sí mismos les angustia. Se enamoran con facilidad, con la misma que olvidan la relación anterior una vez que se han vuelto a enamorar, por lo que creen en el amor romántico que no puede durar para siempre porque sucederá algo que lo hará imposible, generando, con este preconcepto, vínculos o relaciones inseguras.
Se aferran a su pareja, quieren formar parte de ella, que no se aleje demasiado porque en el fondo son esos niños que necesitaban tener cerca a su madre para sentirse seguros. Son personas que quieren mucho, pero también exigen mucho, en mayor proporción de lo que dan por eso no están nunca satisfechas viendo la relación siempre en peligro por lo que son celosas y posesivas.
Rechazan informaciones que pudieran confundirlas, que altere su orden establecido, o les genere cambios en sus esquemas mentales. Así siguen aferradas a antiguas creencias aunque entren en contradicción con su estilo de vida actual.
Toleran cualquier cosa con tal de evitar el abandono, ya que la sola idea les produce una insoportable ansiedad. Del mismo modo se inventan todo tipo de futuros desastres que no les sirven de mucho, sólo de angustia, ya que como aman sin límites aguantan sin límites. Como les resulta difícil ser los que decidan romper ya que no soportan la soledad, no hay ningún valor objetivo a que se anticipen a esos temores y desconfianzas; porque aunque se terminaran cumpliendo no van a hacer nada al respecto, sólo sufrir. Al no soportar la soledad son incapaces de guardar periodos de duelo concatenando relaciones, es decir, no son selectivos.
Recuerdan a sus padres como personas injustas, volubles, neuróticas. Sus recuerdos son confusos, así a veces sus padres eran estupendos , otras insoportables, de tal forma que sus relaciones familiares suelen estar marcadas por el deseo de complacerles y la rabia.
Es el que tiene más posibilidades de relacionarse con un evasivo porque los dos en el fondo temen lo mismo, demasiada intimidad que evitan para ahorrarse la angustia y el sufrimiento de un abandono.
Esta claro que es difícil que se den los tipos puros, (para identificarlos se han llevado sus descripciones incluso a la exageración), sin que se puedan encontrar rasgos de uno u otro tipo en la misma persona, o bien, como ya he dicho que una determinada circunstancia pueda hacer que durante una etapa de tu vida se responda con reacciones propias de cualquiera de los otros dos. Así un ansioso en una relación con un seguro puede irse tranquilizando y que vaya disminuyendo su ansiedad para volverse cada vez más seguro. O un seguro con un evasivo termine por generar ansiedad al ver que a medida que avanza la relación éste no le da el suficiente apoyo, lo rechaza o no logra el grado de intimidad que necesita.
En fin, que si no lo recordamos preguntemos a nuestros padres o cuidadores como fue nuestra reacción el primer día de colegio o guardería, tal vez eso nos aclare muchas dudas a la hora de entendernos a nosotros, nuestros miedos y nuestras relaciones.
Info: Del polémico libro por plagio; "Ya no sufro por amor". Lucía Etxebarría.

mithras dijo...

ROSA: Muchisimas gracias por tu ayuda, me parece genial que ayudes a tanta gente para mejorar un poco su pagina personal.
Abrazos paganos.

Anonimo: Tras ese comentario tan largo mereces una contestación parecida, en un par de dias un post dedicado a tus palabras.
Besos paganos.

Anónimo dijo...

Anonimo 27.

Estoy deseando leerlo.

Me van a hechar del trabajo me quedo ensimismada leyendo tus articulos.Son fantasticos.

ENHORABUENA!!!!!

mithras dijo...

ANONIMA 27. Pues nada, me pondre a ello el fin de semana que tengo algo de tiempo libre. Eso si, inventate algun nick para saber que eres tu, anomima es demasiado anonimo. jajaja.
Un abrazo y gracias por los animos.