Hace casi un año escribia lo que considero dos de los mejores post:
La camiseta:
Pensar en Tenerife antes me traia unos recuerdos(en el post de más abajo), ahora pienso en una chica con una camiseta de Tenerife puesta... está en el jardín de espaldas a mi, arreglando una de las plantas que tanto le cuesta que estén perfectas, me acerco lentamente por detrás tuyo mientras te susurro al oido, notas que sólo llevo el pantalón corto de deporte y que mi cuerpo tambien nota lo sexy que estas con esa camiseta. Mientras sigo hablandote al oido te ayudo a cortar las malas hierbas, los dos nos empezamos a ensuciar con la tierra húmeda, nuestras cuatro manos se convierten en solamente dos, dos manos que acarician la planta, que acarician la tierra, que se acarician una a la otra. Mis manos pasan a tus muñecas y siguen subiendo hasta tus pechos, estan sucias y te ensucian la camiseta pero no importa, aprietan primero lentamente sopesando el volumen, acaricio la piel que hay debajo de la fina tela, despues, con firmeza, te cojo cada pecho para atraerte hacia mi, te ries nerviosa mientras mis manos siguen aferradas a tus pechos, tu nuca siente mis jadeos, mi húmeda lengua juega con el lóbulo de tu oreja, sonries pero tu risa se ha perdido entre jadeos, tu cabeza se echa para atrás para que mi lengua pase de tu oreja a tu cuello, da igual si algun vecino nos mira, da todo igual.
Te hago perder el equilibrio para caer encima del césped, para seguir besando tu cuello, para seguir mostrando mi pasión por ti, tu pantalón ya molesta, el mío tambien, tus manos buscan la cintura del pantalón para perderse dentro de él, me haces estremecer al aferrarte a mi con fuerza, ya sabes cuánto te deseo, ya sabes cuánto te quiero. Te dejo hacer lo que quieras conmigo mientras mis manos rodean tu cuerpo, desde tus pechos hasta tu espalda, y va bajando hasta encontrarse con la parte de tu cuerpo que más me gusta, lo cojo con fuerza e intento bajar tus pantalones, tus caderas se mueven y empieza a deslizarse hacia bajo, tu ropa interior va con él y parte de tu pálido cuerpo queda al descubierto, la gente no nos importa, los vecinos nos dan igual.
Nos besamos con pasión, nuestras lenguas se entrelazan, respiramos el aliento del otro, empezamos a sudar, aquí todavia hace calor, sobre todo haciendo según qué ejercicios. Te diriges a mis pantalones para examinar con tus propios ojos el deseo que ha crecido en mi, tus ojos observan y tu boca ejecuta, intenta devorar todo ese deseo, yo hago lo mismo, mis ojos llegan al espacio de tu cuerpo que antes estaba cubierto por tu ropa interior y el pantalón y mi vibrante lengua llega hasta tu humedad rodeada de pequeños rizos, estoy hambriento de ti, no puedo esperar más y te devoro, mi apetito es comparable al tuyo, los dos queremos saciar el deseo del otro, los dos queremos apagar el fuego de nuestro amor que nos quema el cuerpo, los dos deseamos el cuerpo que estamos saboreando. Nuestra aparente desnudez no nos importa, los testigos nos dan igual.
Llegamos al éxtasis los dos, ninguno para, ninguno da tregua, los dos seguimos devorándonos, no queremos ser dos, queremos seguir siendo uno, no queremos estar rodeados del mundo, los dos queremos estar solos, porque ahora no existe nadie en el mundo, solo nosotros, los demas no nos importan, los demas nos dan igual.
ASI EMPEZABA UNA NUEVA VIDA TANTO POR AQUI, EN LA RED DE REDES, COMO EN MI PROPIA VIDA,
El Orgasmo:
Estamos sudando, llevamos toda la noche jugando, la ropa tirada por la habitación, las sabanas de la cama en el suelo, tus ojos vidriosos, tu boca sedienta, toda tu piel brilla con el sudor, toda tu estas mojada, húmeda, lo sientes:
Sientes la excitación, es algo asi como estar borracha. Después como ocurre con las borracheras, puedes llegar a olvidaras lo que has echo o lo que has dicho. O, incluso, sentir vergüenza. Cuando alcanzas este momento te olvidas de todo, de ir a un colegio de monjas, de que una señorita no debe hacer eas cosas, de que los vecinos no son sordos... de que alguien podria llegar en eses momento, sentir eso es lo que verdaderamente hace que luego el orgasmo sea increible. En esos instantes dirias que sí a cualquier cosa, me perteneces, solo escuchas una voz: la del deseo.
Todo tu cuerpo esta sensible es como un organo sexual entero, en especial tu clítoris. Cuanado él sigue por el buen camino, te acercas más y más al placer. Es igual que una montaña rusa. Vas subiendo y subiendo con cada caricia que te hago, cada vez que mi lengua toca tu piel, cada vez que roza tu capuchón, cada vez que mi pene se acerca a tu entrada, cada vez que roza tus jugosos labios, consciente que cada paso te acerca más a la bajada vertiginosa.
Justo cunado la montaña rusa llega a su parte mas elevada, lo sabes, tu cuerpo se tensa como un arpa y está dispuesto a sacar sus mejores notas. Es entonces cuando jadeas, dices, gritas: no pares!!!, sigue!!! para!!! no sabes que decir, no sabes que hacer, abres las manos, las cierras convirtiendolas en puños, en garras, la tensión se hace insoportable, ansiedad por no conseguirlo, por no alcanzarlo, me sientes dentro de ti, llegando hasta muy adentro, saliendo, entrando, sientes todo mi cuerpo encima de ti, dentro de ti, mi respiración, mi aliento, mi sudor, mi corazón, mis latidos. Entonces estallas. El placer recorre tu cuerpo. Sientes todo tu cuerpo temblar desde el cuello hasta tus pies, hasta que las últimas contracciones y te aferras a ellas.
Quieres que entre mas adentro, arañar mi espalda, morderme, quieres redurcir mi cuerpo hasta metertelo dentro, ser tuyo para siempre, que no te abande nunca, deseas la mayor intensidad, poco a poco dejas de sentir las últimas contracciones, que te despiden del intenso climax, como la espuma de una gran ola que te mece.
Vuelves a sentir tu cuerpo, vuelves de donde te habias ido, sientes de nuevo el sudor, mi peso encima tuyo, en un momento parecia que todo habia desaparecido, hasta yo, parecia que solo habia una montaña rusa bajando a toda velocidad, parece que solo habia sensaciones, no estabamos ni tu ni yo, solo sensaciones, sentimientos, placer, excitación.
Vuelves al mundo. Como si regresaras de un trance. Aún te sientes profundamente excitada y en tu cabeza sigue habiendo una sola idea: Sexo. Dejas de temblar despues de liberar esa tensión insoportable. A partir de ahora... volvemos al ruedo.
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